La explosión de la economía hace crecer y engordar a los niños en China
Las autoridades miden y pesan a 20.000 jóvenes para saber sus nuevas dimensiones
China quiere saber cuánto miden sus niños. Cuánto miden de alto, de hombros, de cintura, de pies o de manos. Porque ya no caben en los pupitres, tienen problemas a la hora de instalarse en algunos autobuses escolares o no encuentran la talla de ropa adecuada. Para saberlo, el Gobierno ha puesto en marcha una campaña nacional, que hará pasar bajo el escáner a más de 20.000 chavales de 3 a 17 años en todo el país. El Instituto Nacional de Estandarización dibujará el perfil antropométrico de los hijos del proceso de apertura y reforma lanzado por Deng Xiaoping en 1978.
Tras la reforma de Deng Xiaoping, el nivel de vida de cientos de millones de personas se ha elevado y ha modificado el tamaño del cuerpo de la población infantil, debido al cambio de las pautas de alimentación. "El tamaño de los chinos -especialmente de los niños- ha cambiado rápidamente, a causa del crecimiento de la economía y del nivel de vida. Todo el mundo sabe que son más corpulentos, más altos que hace 15 años, pero nadie sabe realmente cuánto", explica Zhao Liqun, director de la filial en Pekín del grupo francés Lectra, que ha suministrado la tecnología y los equipos para el proyecto.
Entre 1950 y 1985, los niños chinos crecieron a un ritmo de 2,5 centímetros cada década y aumentaron 1,35 kilogramos, según un estudio de la Universidad de Pekín y la de UCLA (California, EE UU). Y el crecimiento en los últimos años parece que se ha acelerado, tal y como ha ocurrido en España en las últimas décadas. Entre 1986 y 2002 los niños españoles han crecido 10 centímetros de media.
En 1989, Pekín llevó a cabo su última campaña nacional de medición. Entonces, se tomaron a golpe de metro una docena de parámetros clave a un total de 10.000 niños. Ahora, a instancias de muchas empresas y organismos, el Gobierno considera que ha llegado el momento de revisar unos datos que se han quedado obsoletos.
Pero habrá algunas diferencias en el método. La muestra incluirá el doble de chicos que la vez anterior, se registrarán un total de 185 medidas y para hacerlo se utilizarán máquinas 3D (tres dimensiones) y ordenadores.
Los chavales han sido clasificados en cinco tramos de edad y se espera que la medición esté finalizada al acabar este año. Los resultados estarán listos en los primeros meses de 2007 y todo habrá costado cinco millones de yuanes (medio millón de euros). "Los datos de 1989 ya no valían. Ha habido muchas peticiones por parte de diferentes sectores industriales para llevar a cabo una nueva campaña", explica el directivo.
Empresas textiles, fabricantes de muebles, grupos automovilísticos, la industria del zapato, compañías jugueteras, productores de bicicletas, diseñadores de instrumentos musicales. La lista de sectores que esperan las conclusiones es extensa. Sobre todo, porque, debido a la política de hijo único, los llamados pequeños emperadores se han convertido en China en una de las fuentes principales del gasto familiar y, por tanto, en objetivo prioritario de muchas empresas.
Según datos oficiales, el 21,5% de los 1.300 millones de habitantes del país -es decir, unos 280 millones- tiene o es menor de 14 años; el 70,9% está entre 15 y 64 años, y el 7,6% tiene 65 o más.
Pasar por el escáner
El proceso de medición de los niños es automático. El escáner está compuesto de cuatro columnas, cada una de las cuales alberga un rayo láser y dos cámaras. El niño se sitúa en el centro, vestido tan sólo con ropa interior, mientras se produce el barrido del escáner, que dura 12 segundos. El proceso se repite tres veces.
La campaña se realizará en universidades y centros de investigación repartidos por todo el país, con un total de 15 escáneres, algunos de los cuales han sido adquiridos especialmente para la ocasión. Los datos serán compilados por el Instituto Nacional de Estandarización. El estudio deberá plasmar la amplia diversidad de China, donde existen 56 minorías étnicas, aunque el 92% de la población pertenece a la etnia han.
El proyecto permitirá al Gobierno obtener otras informaciones. Por un lado, datos relativos a la creciente obesidad infantil, y, por otro, las diferencias físicas existentes entre la población infantil urbana y la rural. El vertiginoso crecimiento de las dos últimas décadas ha generado en China grandes desigualdades entre las ciudades y el campo, y entre las ricas provincias costeras y las pobres del interior. Esto preocupa a las autoridades, conscientes de que representa un grave peligro para la estabilidad social.
"La medición permitirá sacar conclusiones sobre las condiciones físicas de los chavales. La comida rápida es un problema en China, está cambiando el cuerpo de los niños. También se podrá analizar qué diferencias físicas hay entre los chicos de las diferentes regiones, como el este o el oeste", dice Zhao, cuya empresa participó hace un año en la campaña de medición de los franceses organizada por el Instituto Francés del Textil y la Confección. Al proyecto de los chavales chinos, seguirá en el futuro otro con adultos.
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