Bielas más largas y cuadros de carbono
Los mecánicos afinan al milímetro las bicicletas para la decisiva contrarreloj de hoy
El podio del Tour se decide hoy en 57 kilómetros de carreteras comarcales entre Le Creusot y Montceau-les-Mines, un recorrido lleno de repechos que los directores de Pereiro, Sastre y Landis recorrieron ayer en coche después de la etapa. "Es una contrarreloj de fuerza, a Landis le va muy bien", aseguró Juan Fernández, director deportivo del Phonak. Los tres aspirantes al podio conocerán hoy por la mañana el recorrido antes de la prueba, en coche unos tramos y pedaleando otros. Para entonces, todo estará ya medido al milímetro. Las bicis, puestas a punto por los mecánicos para el último esfuerzo.
Todo es diferente en una contrarreloj. Pereiro, por ejemplo, cambiará el cuadro de magnesio de su bicicleta habitual por el carbono, el mismo material con el que correrán Landis y Sastre. El gallego es el único en el Caisse d'Épargne, junto a Valverde y Karpets, que se decanta por el magnesio porque eso le permite utilizar una bicicleta hecha a medida -las de carbono son de talla estándar y es muy caro adaptarlas a cada corredor-. Los españoles moverán un desarrollo de 54 x 11, mientras que Landis, más potente, moverá un diente más: 55 x 11. El estadounidense es el más pesado entre los tres con 68 kilos por los 65 de Pereiro y los 61 de Sastre, y el más alto con 1,78, un centímetro más que el gallego y cinco más que el de Ávila.
Pereiro: "Vivir esto es una oportunidad única; hay que apurar todas las posibilidades"
"Si no tengo averías, no debo de tener problemas para ganar el Tour", dijo ayer Landis. En el prólogo de Estrasburgo tomó seis segundos tarde la salida al detectar una fisura en sus tubulares, demasiado finos, y tener que cambiarlos, y en la contrarreloj de Rennes rompió el manillar, de carbono, al golpear la bicicleta en una alcantarilla. El equipo le ofreció la de repuesto, pero también ésta sufría el mismo defecto. Landis tuvo que agarrarse como pudo al manillar, y aun así fue segundo.
Esta vez no habrá ese problema. Tanto el Phonak como el Caisse d'Èpargne y el CSC llevarán en el coche dos bicicletas de repuesto, además de la que utilicen en la carrera los corredores. El peso se mueve entre los siete kilos y medio y los ocho, algo más que el mínimo exigido por el Tour, que es de 6,800. Los corredores deberán someter a sus bicicletas a un control de su peso 15 minutos antes de la salida. Ni la báscula ni el metro pueden superar lo permitido. Pereiro correrá con unas bielas de 177,5 centímetros, dos más de lo que utiliza en el resto de etapas, para ganar explosividad. También Sastre ha recurrido al alargamiento: correrá con 172,5 centímetros, dos por encima de lo habitual. La misma medida utilizará Landis, aunque el estadounidense se mantendrá en sus números de siempre. Sus resultados anteriores le convierten en el favorito: aventajó en 1m 8s a Sastre y en 1m 23s a Pereiro en la contrarreloj de 55,5 kilómetros del pasado Tour, en Saint Etienne, y en 1m 10s y 1m 40s, respectivamente, en los 57 kilómetros de este curso en Rennes.
"Es una contrarreloj muy larga, y nos enfrentamos a Landis, que es un especialista, pero a estas alturas, después de 20 días de competición, cuentan más las sensaciones. Yo me he encuentro muy bien", dijo ayer Pereiro. El gallego será el último en salir, a las 16.15, por lo que tendrá referencias del tiempo que hayan marcado todos sus rivales en el kilómetro 16 y en el 30. Evans saldrá a las 16.03, Kloden a las 16.06, Landis a las 16.09 y Sastre a las 16.12. "No descarto nada, no todos los días estás a 12 segundos de ganar el Tour", afirmó ayer el corredor del CSC. "Me tengo que sentir orgulloso de lo que he hecho y morir con las botas puestas. No estoy derrotado. Lo estaré cuando llegue a mi casa y caiga en la cama". "Mis favoritos para el podio son Landis, Sastre y Kloden", dijo su director, el danés Bjarne Riis. "Landis tendrá que ganarnos. Voy a soñar, esperar que yo tenga un buen día y los demás uno malo. Vivir esto es una oportunidad única, hay que apurar todas las posibilidades", añadió Pereiro. El gallego ya sabe lo que es jugarse una carrera en la contrarreloj del último día. En 2003 aspiraba a ganar la Vuelta a Suiza, pero contra el crono cedió ante Vinokúrov y Ullrich.
Los corredores completarán hoy la misma contrarreloj que cerró el Tour en 1998 antes de llegar a París, pero en sentido contrario. Ullrich machacó entonces a sus rivales con un tiempo de 1h 3m 52s en 52 kilómetros, un minuto mejor que Julich y 2m 35s que Pantani.
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