El presidente de Yukos dimite ante la imposibilidad de salvar la compañía

Steven Theedy, presidente ejecutivo de Yukos, la petrolera rusa que fue propiedad del hoy encarcelado Mijaíl Jodorkovski, ha renunciado a su cargo ante la imposibilidad de salvar la compañía. La carta de dimisión de Theedy fue escrita después de que le informaran que Eduard Rebgún, el interventor de Yukos, la había valorado en 15.000 millones de dólares (12.000 millones de euros), con una deuda superior a 13.600 millones.

La noticia de la dimisión del norteamericano Theedy provocó ayer una fuerte caída de las acciones de Yukos. En la Bolsa rusa cerraron con un 9% de pérdida. "Me dijeron que Rebgún considera que no es posible una reestructuración financiera de la compañía y que la única alternativa es liquidarla", escribe en su carta Theedy. Éste no tuvo acceso al documento con las conclusiones del interventor judicial, entregadas a los acreedores de Yukos que se reunieron ayer en Moscú.

Theedy estima que el valor de la compañía es de más de 30.000 millones de dólares, pero Rebgún se justificó asegurando que "todas las evaluaciones han sido hechas de acuerdo con los materiales de Yukos". "Yo no me he inventado nada", declaró Rebgún.

Los principales acreedores de Yukos son el Servicio Federal de Impuestos con 353.000 millones de rublos (unos 10.388 millones de euros) y Yuganskneftegaz: 108.786 millones de rublos (3.201 millones de euros). La demanda de bancarrota de Yukos fue presentada el nueve de marzo pasado por 14 bancos encabezados por la Société General, que habían dado un crédito a Yugansk por mil millones de dólares en septiembre de 2003. Pero después los bancos traspasaron a Rosneft el derecho a cobrar la deuda que quedaba por dicho crédito, concretamente 482 millones de dólares. Para entonces, Rosneft se había convertido en dueña de Yugansk, que había sido la joya de la corona de Yukos y daba el 60% del crudo de la ex petrolera de Jodorkovski. Hoy más de dos tercios del valor de Rosneft corresponden precisamente a Yugansk.

A fines de marzo pasado, el Tribunal de Arbitraje de Moscú acogió la demanda de bancarrota de Yukos hecha por Rosneft, nombró al gerente interventor e introdujo un periodo de observación hasta el 27 de junio, prolongado hasta el primero de agosto. El tribunal no puede tomar una decisión sobre la liquidación sin que antes se celebre una reunión de acreedores.

Los ejecutivos de Yukos habían propuesto entregar como pago de su deuda el 12,5% de las acciones que tienen de Yuganskneftegaz, los activos que poseen de Sibneft y el 100% de la compañía Arktikgaz. Con este plan consideraban que podían cubrir las deudas y conservar la compañía.

Theedy, que se mudó a Reino Unido el año pasado por miedo a ser detenido en Rusia, explicó que se ha negado a participar en la reunión de acreedores porque no quiere dar legitimidad a una "farsa, similar a la que hubo cuando se expropió Yuganskenftegaz" y añade que "he llegado a la conclusión de que ya nada puedo hacer para defender los activos que aún quedan".