Una juez investiga la muerte de una niña en la piscina hinchable de una guardería
La pequeña, de cuatro años, "se cayó, la quisieron reanimar y no reaccionó", según su tía
Una juez abrió ayer una investigación para esclarecer la muerte de una niña de cuatro años que falleció el martes en la piscina hinchable de una guardería de Valencia. La menor, boliviana, llevaba dos años viviendo en la ciudad y accedió al centro gracias a una beca de verano concedida por los servicios sociales municipales, según fuentes del Ayuntamiento de Valencia. La niña "estaba sanita", como relató su tía, Leni Soto. "Se cayó, la quisieron reanimar, dicen que sonrió y ya no reaccionó más", dijo ayer. Las actividades estivales en estos centros no están sujetas a normativa.
No existe normativa que regule las actividades realizadas fuera del curso lectivo
La guardería Nanos, en el barrio de Benicalap, permaneció ayer cerrada. Pero el aspecto que presentaba el patio reflejaba la tragedia sucedida el día anterior. En el suelo acolchado habían dispersas pelotas de diferentes colores y tamaños, varios juguetes sin ningún orden, una manguera a medio enrollar, un par de zuecos en el suelo y un rollo de papel higiénico que daban una idea del desconcierto vivido el martes. Al fondo, delante de una pared decorada con un delfín y un sol sonriente, la piscina hinchable de unos dos metros de diámetro y medio metro de altura, seguía llena de agua.
La niña llegó hace dos años a Valencia desde Bolivia con su madre, que tiene otros dos hijos de 12 y 8 años que permanecieron allí. "Estaba sanita", comentó ayer su tía, Leni Soto, que indicó que le encantaba ir a la guardería. Según relató ayer, lo único que sabían era que "se había caído, la quisieron reanimar, dicen que sonrió, se desmayó y ya no reaccionó más". El accidente sucedió hacia las 11.30. Al lugar acudió una unidad del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) y otra de la Policía Local de Valencia, que trasladaron a la pequeña al hospital La Fe, donde llegó muy grave y falleció poco después.
Para saber con detalle qué pasó, la familia tendrá que esperar al resultado de la investigación abierta ayer por la juez de instrucción número 16 de Valencia.
En el barrio, los vecinos sabían que la guardería había cambiado de propietarios hacía algo más de un año y que los nuevos dueños habían acometido reformas. "Mariló [la responsable del negocio] lo reformó cuando entró, y desde entonces tenía muchos más niños de los que había antes", comentaba Consuelo ayer, detrás del mostrador de Carnes Milana José Luis, la carnicería de la esquina, de la que aquella era clienta.
"Las chicas de dentro se asomaron cuando pasó todo" recordaba Cristina Quinto, responsable de la peluquería que comparte patio con la guardería, "había una mujer muy sofocada, llorando, que debía ser la cuidadora, mientras los médicos trataban de reanimar a la niña". Cristina recuerda ver a los más pequeños asomarse a la verja que separa los dos patios "este es un barrio popular y había todo tipo de niños, mulatitos, rubios, magrebíes... y de todas las edades, desde bebés hasta de mayor edad".
Ana María Millet, de 38 años, también es vecina y estuvo a punto de meter en la guardería a su hija Ana. "Me interesaba porque está muy cerca de casa, pero no me gustó, no fue nada en concreto, sino una impresión general", comenta, "la guardería de enfrente está mucho mejor".
Un inspector de la Consejería de Educación se trasladó al local donde falleció la niña para realizar un informe sobre el accidente. Este departamento indicó que la guardería cuenta con autorización para impartir el primer ciclo de primaria y añadió que al tratarse de un centro educativo privado fuera de época escolar "no tiene ninguna competencia" en el asunto. El control sobre estas actividades, campamentos o escuelas de verano es municipal, indicaron. Sin embargo, el concejal delegado de Educación, Emilio del Toro, eximió al Consistorio de culpa. "Nuestra responsabilidad se limita a los centros que concertamos con el cheque escolar en periodo lectivo", indicó. Respecto a las actividades estivales "no hay ninguna Administración que regule estas cuestiones". Fuentes del sector educativo confirmaron que no existe ninguna normativa que regule las jornadas extraescolares y establezca ratios de educadores por alumno o tipo de formación requerida.
Por su parte, el concejal del PSPV-PSOE Juan Soto remitió ayer preguntas al Ayuntamiento sobre los sistemas de control municipales sobre instalaciones como zonas de juego o piscinas en guarderías así como si la piscina donde murió la niña cumplía las medidas higiénicas y de seguridad vigentes.
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