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Mensajes de los lectores afectados por los cortes de electricidad | La capital a oscuras

"Me compraré un generador personal para evitar sobresaltos"

"Vivo en Gaztambide, Hilarión Eslava, Princesa, Carranza... Soy un afectado por el apagón, es una vergüenza". Es la frase de inicio más repetida en decenas de correos electrónicos llegados a la redacción de EL PAÍS a través del buzón lectores.madrid@elpais.es -donde se pueden comunicar denuncias y quejas- y el sitio web EL PAIS.es. Las quejas por la falta de información de las empresas eléctricas, la comida echada a perder y la prolongada espera se repiten.

- ¡No tengo luz! "Me quedo con una de las frases con las que te bombardean desde las eléctricas cuando esperas para reclamar: 'Si no quieres esperar, puedes realizar tus gestiones por Internet'. ¡Señores! ¡Que no tengo luz! ¿Cómo voy a utilizar el ordenador? Sé que es una grabación de información general, pero ¡qué mala leche me entró! Tendré que hacer como los hospitales: comprarme un generador personal".

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El apagón se extiende

- ¿Somos el Primer Mundo? "Nos quedamos en la más profunda oscuridad. ¿Por qué en un país, considerado del Primer Mundo, tecnológicamente a la última, no tienen preparadas las ciudades para casos así?".

- Comida descongelada. "Los que tenemos vitrocerámicas no podemos cocinar. Toda la comida se está descongelando y el teléfono de atención al cliente es un robot que indica que la avería será subsanada lo más pronto posible. ¿Hasta cuándo estaremos así? Vaya una manera de informar a la gente".

- En verano siempre pasa. "Siempre estamos igual en esta época. Las tarifas eléctricas van subiendo progresivamente sin que esta subida se utilice, mínimamente, para mejorar las instalaciones".

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- Sin teléfono. "A la una y media de la madrugada sigo sin luz, sin teléfono y sin fax. El trabajo de mi marido depende de ello. ¿Quién lo compensa?".

- Nada que hacer. "Ni cocinar, ni planchar, ni buscar papeles, ni ver televisión, ni navegar por Internet, ni escuchar música, ni tocar el piano electrónico, ni escribir, ni leer... Tampoco parecía muy razonable bajar cinco pisos en completa penumbra".

- Sin rayos X en el hospital. "He ido a hacer una placa a mi hijo al Clínico y no hemos podido. No sabían cuándo tendrán luz".

- Cruzar la calle, una odisea. "Esta mañana era una odisea cruzar Princesa, ya que los coches no paraban y no había ningún guardia ni agente de movilidad que regulara el tráfico".

- Empieza a oler mal. "Vivo en Chamberí; aquí seguimos sin luz [21.54] ... Lo peor es que vivo en un séptimo y el ascensor no funciona... Bueno, también está lo del calor y no poder combatirlo con el aire acondicionado, no tener agua fresca, no poder cocinar, que la comida del frigorífico está poniéndose en mal estado y que la casa empieza a hacer mal olor. ¿Iberdrola me compensará? Je, je, ¿o me volverá a pasar una factura de 260 euros? (seguro)".

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