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Denuncias policiales y sociales

"La lucha por los problemas derivados de la prostitución se ha convertido en una de las prioridades en el norte de Girona", asegura la consejera catalana de Interior, Montserrat Tura, quien está dispuesta a seguir actuando con puño de hierro, al tiempo que impulsa un proyecto de ley que supondrá la muerte de los grandes prostíbulos y su reducción a poco menos que un tercio.

El comercio sexual, caldo de cultivo de mafias y delincuentes, está creciendo de manera alarmante. La Consejería de Interior impidió hace pocos meses que se abriera en La Jonquera otro supermercado del sexo, que habría sido el tercer gran prostíbulo en un radio de apenas diez kilómetros. El burdel pretendía tener capacidad para 558 clientes, a cuya disposición iba a poner 60 habitaciones.

La presión policial sobre los que ya existen tampoco afloja. El macroprostíbulo Lady's Dallas fue objeto hace unas semanas de una redada por parte del Cuerpo Nacional de Policía, que identificó a 225 clientes, 142 mujeres, 98 de las cuales eran rumanas. Una treintena de las mujeres no tenían los papeles en regla. La operación se saldó con el consabido sobresalto, pero el local continúa con las puertas abiertas.

Otro de los grandes, el Madam's también es objeto de continuas redadas e intervenciones judiciales. Sin embargo, este centro ha contado con el apoyo del pueblo donde se asienta, Capmany.

Precisamente, la batalla del municipio de Capmany -400 habitantes- a favor de su prostíbulo fue la gota que hizo rebosar la ira de un colectivo de una veintena de sacerdotes de la zona, que hace un año suscribieron una declaración conjunta en la que aseguraban que los pueblos de la zona de La Jonquera "se están convirtiendo en un prostíbulo de Europa" y que "la explotación y la conversión a la esclavitud de centenares de mujeres pasa por nuestros pueblos como un hecho habitual y cotidiano".

Una prostituta sube a su habitación.
Una prostituta sube a su habitación.P. D.

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