Apareamientos

Adulterio y copulación salvaje en La 2, y en horas infantiles, las seis de la tarde del jueves. Pero no se trata de que la televisión pública practique la telebasura para arañar cuota, sino de un programa educativo, Los animales lo hicieron primero, sobre la semejanza de los comportamientos amorosos en la naturaleza. Fascinantes imágenes de la astucia galante de las garcetas mientras beben, libres de toda gripe, en una charca, y del retorcido modo de aparearse de los caballitos de mar, que implica un trasvase previo de huevecillos de la hembra al macho. El narrador de este documental (británico) saca al final unas conclusiones edificantes dirigidas a los humanos, que suelen follar menos zancudamente, sin tanta virguería, pero, al contrario que las especies acuáticas y volátiles, ponen en riesgo a sus crías fumando y bebiendo alcohol.

Eva Hache despide la temporada en Cuatro entrevistando a la cantante Mónica Molina, que vive en el campo, a 50 kilómetros de Madrid, y no sale de noche. El actor Arturo Fernández, que debe de llevar la vida contraria, pese a su edad, le hace una pregunta formulada el día anterior: "¿Cómo funcionas en tus noches locas?". Mónica da a entender que no las tiene, o, si cae alguna, se la reserva a su pareja, con quien comparte nido serrano. A esa misma hora de la madrugada, en Localia, un programa que es lo menos parecido al mundo idílico y modoso de la menor de las hermanas Molina: Casino strip poker, concurso de chicas en bolas del que nunca entendí qué estaba en juego más allá de las esféricas glándulas de sus participantes.

Otras despedidas el viernes: Ana Rosa en Tele 5, y dentro de su programa, Karlos Arguiñano, que mientras cocina unas albóndigas de cimarrón (vulgo, atún rojo) cuenta chistes verdes pero moraliza: España es el país que menos gasta en cepillos de dientes y más en cocaína. Tras el sermón, un apareamiento en cadena tipo monosexual: Paz Vega y los helados Mágnum. Más atrevido que el spot es el anuncio callejero, donde Paz se monta a sí misma lascivamente y da la clave: "Mi yo posesivo".