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Don Felipe anima a las grandes empresas chinas a invertir en España

Los grandes bancos aspiran a establecerse en el gigante asiático

El príncipe Felipe ofreció anoche una cena a altos representantes de 25 de las mayores empresas chinas para convencerles de que inviertan estratégicamente en España, un país donde el retorno de la inversión supera en ocho puntos a Reino Unido y es también más alto que en Alemania, Francia o Italia, según explicó a los comensales el secretario de Estado de Comercio, Pedro Mejía. Por la mañana los Príncipes de Asturias habían inaugurado en Shanghai un Foro de Inversiones orientado a ampliar la presencia empresarial española en China.

Los Príncipes inauguran en Shanghai un Foro de Inversiones orientado a ampliar la presencia empresarial española

Hace 22 años, José Francisco Cosmen, asturiano de Cangas del Narcea que, para entonces, ya había hecho de Alsa una notable empresa de autobuses con líneas españolas y europeas, viajó por primera vez a Shanghai, atraído por una feria comercial que prometía productos tan fantásticos como una pasta de dientes que curaba la bronquitis. "Vio enseguida que aquello era un cuento chino, pero se dio cuenta también de que millones de chinos no tenían más medio de transporte que la bicicleta. Se puso a la obra, y empezó con una compañía de taxis, porque a un extranjero no se le permitía entonces otra cosa", cuenta Andrés Cosmen, el hijo de José que hoy dirige los negocios asiáticos del grupo familiar desde Hongkong.

Con unos 600 autobuses en 18 provincias de la república popular, que le aportan el 15% de su tráfico mundial de viajeros y el 25% de sus ingresos totales, Alsa ha sido pionera absoluta de los españoles en China y ha abierto caminos, superando dificultades culturales y administrativas, por los que luego han transitado otras empresas industriales, como el Grupo Antolín y otros fabricantes de componentes de automóvil; comerciales, como los supermercados Día; de turismo y de servicios. En total, aportan una presencia modesta, que no llega a las 400 empresas, y una inversión neta anual que entre 2003 y 2005 no llega a los 100 millones de euros.

El apabullante desarrollo chino, que, con la perspectiva de los próximos Juegos Olímpicos y la Expo de Shanghai en 2010, ofrece una actividad espectacular más elocuente que cualquier estadística, es ahora un fuerte imán para la gran empresa. Prueba de ello es la presencia de Talgo en el foro de ayer de Shanghai, junto a ingenierías como Abengoa, a Gas Natural o a lo mejor de la banca española.

El BBVA, que parece volcarse en Asia, ya que va a iniciar también actividades en la India, está a punto de abrir una sucursal en China. Otras entidades, como SCH, Sabadell-Atlántico o Cajamadrid, tienen oficinas de representación en Shanghai o Pekín, donde esperan la liberalización del sector financiero comprometida para el próximo enero.

La banca española se muestra dispuesta, así, a hacer en Extremo Oriente el esfuerzo de penetración que rechazó hace cinco años en el Este europeo, y muy concretamente en Polonia. Pedro Mejía se mostró confiado de que la apertura de estos servicios y del sector infraestructuras impulse la inversión española de modo importante y provoque retornos comerciales que equilibren la maltrecha balanza comercial.

Hay, sin embargo, dificultades. BBVA ha tenido que pagar 30 millones de euros por abrir una sola oficina. La entrada a través de un banco local topa, en cambio, con el límite de un 20% a la participación de una entidad extranjera. Como contraste, Mejía presentó un panorama lleno de facilidades e incentivos para invertir en España a los presidentes de Minmetal, Petrochina, Lenovo y otras empresas chinas que se cuentan entre las mayores del mundo en sus respectivos sectores de actividad. El ministro chino de Comercio, Bo Xilai, informó de que la inversión exterior china ha crecido a razón de un 20% anual en las últimas dos décadas.

Don Felipe insistió, por su parte, en la necesidad de llegar a un conocimiento mutuo "más complejo y profundo", como base de la relación estratégica que pretenden España y China. En ese sentido, los Príncipes de Asturias presidieron ayer la firma de un acuerdo de cooperación entre el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y la Escuela Internacional de Negocios China-Europa (CEIBS).

Este centro, financiado por la Unión Europea y dirigido por el instituto económico IESE de Barcelona es la escuela de su especialidad más importante de Asia, y está siendo un instrumento excepcional para establecer contactos entre españoles y las élites chinas.

El convenio firmado ayer tiene como objeto promover especialmente el conocimiento mutuo personal y la realidad de los respectivos países por parte de empresarios españoles y chinos, a través de encuentros profesionales bilaterales. Las dos partes cooperarán, además, para fomentar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas chinas, capaces de conectar y desarrollar iniciativas con las españolas.

Otro aspecto del acuerdo viene a reforzar un programa ya existente de selección de profesionales chinos para empresas españolas con proyectos de inversión en aquel país. El ICEX tiene, además, acordado otro programa de formación con la escuela de cuadros del Partido Comunista Chino.

Los Príncipes de Asturias, durante su visita a la Escuela Internacional de Negocios China-Europa en Shanghai.
Los Príncipes de Asturias, durante su visita a la Escuela Internacional de Negocios China-Europa en Shanghai.EFE

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