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Fallece a los 97 años la histórica militante de ERC Enriqueta Gallinat

Enriqueta Gallinat, militante de ERC desde su fundación en 1931 e histórica defensora de los derechos de la mujer, falleció ayer en Barcelona a los 97 años. Gallinat fue una mujer libre y avanzada para su época. Nació en 1909 en el Raval barcelonés, en una familia republicana. El padre le inculcó ideas progresistas y ella siempre tuvo muy claro que quería estudiar y ganarse la vida. Frecuentó ambientes cultos y conoció a los que más tarde serían grandes políticos: Tarradellas, Barrera, Gasol, Companys... Luchó siempre por los derechos de la mujer y con un grupo de jóvenes fundó la Unió de Dones de Catalunya. En 1931, mientras se votaba el primer Estatuto, organizaron un plebiscito por su cuenta para pedir el voto de la mujer, y en el año 36, mientras los hombres estaban en el frente, ella se fue a París a pedir armas en un mitin.

Enriqueta Gallinat se casó con el director de El Noticiero Universal, Enric Tubau, apadrinada por el propio president Companys. Los tres años de guerra los pasó en el Ayuntamiento, donde era secretaria del último alcalde republicano, Hilari Salvadó. Enriqueta organizaba todo lo que podía: intendencia, ropa, colegios, refugiados... Y mientras las bombas caían en la plaza de Sant Jaume, ella se mantenía al teléfono porque, decía, no podía dejar colgada a la gente. Hasta que llegó el exilio.

En Perpiñán encontraría muchos amigos, como Pompeu Fabra y Camilo, el hermano de Companys. Enriqueta trabajaba en el campo y acabó colaborando en la Resistencia hasta que la avisaron de que estaba en una lista de la Gestapo y pasó la frontera española. La detuvieron en plena calle en Barcelona y pasó un año en una de las abarrotadas prisiones improvisadas. Nunca le dijeron de qué la acusaban. Al final la liberaron. Poco después su marido también regresa y consiguen rehacer su vida.

Enriqueta nunca dejó de trabajar ni de reunirse con sus compañeros de ERC. Lo hacían en el altillo que Miquel Porter tenía en su librería de la calle Portal de l'Àngel. Hasta que Esquerra se legalizó. Fue una mujer que valoró por encima de todo su independencia. Era crítica con su partido, pero lo amó apasionadamente y sus militantes siempre la honraron.

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