'A Bigger Band', la gira de los Rolling Stones, llega a Milán

Quedan ya sólo unas horas para que uno de los mayores espectáculos de rock and roll del mundo comience su periplo por tierras europeas. Esta noche, en el estadio de San Siro, en Milán, los Rolling Stones ofrecerán el primer concierto de la etapa europea de su gira A Bigger Bang. Una gira, en la que presentan las nuevas canciones de su disco homónimo, que Sus Satánicas Majestades han paseado ya por tres continentes y ante más de cuatro millones y medio de personas desde que arrancara en Boston (Estados Unidos) en agosto del año pasado. La caravana stoniana recalará en España a mediados del mes que viene, en la que será su séptima visita al país, con dos únicas fechas: el 14 de agosto en Valladolid y el 16, en El Ejido (Almería).

En un lujoso hotel del centro de Milán, una ciudad sumida en la resaca del triunfo de la selección italiana en el Mundial de Alemania, los Stones comparecieron ante un centenar de periodistas llegados de toda Europa. Mick Jagger, tan seductor como siempre a sus 62 años, apareció vestido con un entallado traje de color gris perla y camisa morada. A su lado, casi puestos ahí como de adorno, Ron Wood, con pantalón pitillo blanco y chaqueta larga, y Charlie Watts, en un impecable traje de raya diplomática.

Pero el centro de todas las miradas era ayer Keith Richards, guitarrista de 62 años, que tuvo que ser sometido el pasado mes de mayo a una peligrosa operación tras sufrir un golpe en la cabeza al caerse de un árbol al que estaba trepando, mientras se encontraba de vacaciones en las islas Fiyi (Polinesia). El percance obligó a la banda a rediseñar su gira europea, y por el camino se quedaron los dos conciertos inicialmente previstos en Madrid y Barcelona.

Richards, con aire despistado y vestido con una camiseta con el dibujo de un esqueleto, restó importancia al accidente. "Me encuentro fenomenal", aseguró, "y no puedo esperar a salir al escenario. Entenderíais lo que fue aquel percance con sólo ver el árbol: era muy pequeño. Y no era un cocotero, como se ha dicho. En Fiyi no sólo hay cocoteros". Además de botánica, se habló de futuro, pero sin gran concreción. "No tenemos planes de tocar el año que viene", dijo Jagger, "y tampoco hay planes de entrar a grabar. Al menos, no de momento".

Aseguró Jagger que el repertorio de los Stones cambia en cada concierto. Pero que el público puede esperar que un 50% del mismo sea distinto al de la última vez que vieron a la banda en directo. Preguntados por su próxima visita a Valladolid y Almería, Jagger no se cortó: "Soñamos con ir a España", dijo enfático, "y lamentamos no poder finalmente tocar a Barcelona y Madrid".

De momento, les espera Milán. Allí descargarán esta noche una veintena de canciones con más de 250.000 vatios de sonido y un impresionante despliegue luminotécnico. Un montaje a la altura de una banda que se niega a bajar de lo más alto 40 años después de su formación. Lo resumió bien ayer Keith Richards cuando le preguntaron qué es para ellos el éxito. "Tener la oportunidad de continuar", respondió tajante.