"Me han vendido vilmente"

Un día después de su tercera destitución como técnico del Athletic, "mi club", Javier Clemente acusó al presidente del conjunto rojiblanco, Fernando Lamikiz, de tratarle "injustamente" y de haberle "vendido vilmente por unas páginas de periódico", en alusión a las declaraciones efectuadas el pasado lunes por el entrenador rojiblanco en la concentración de Benasque. Entonces, Clemente criticó los fichajes efectuados por el club porque sólo había uno [Gabilondo] de los jugadores que había solicitado.

Clemente, para quien la institución funciona a base de "caprichos personales", explicó que el máximo mandatario del Athletic adujo sus desavenencias con los miembros del consejo deportivo (técnicos, médicos, preparadores físicos) como la razón de su despido, pero el ex seleccionador español respondió que ese órgano sólo mantuvo una reunión, a finales del pasado curso, y que, a pesar de "algunas discrepancias", el resultado de esa convocatoria fue "bueno". "No nos engañemos: su idea era echarme por lo que había dicho el lunes", dijo Clemente, que halló otro motivo complementario: "A Lamikiz le gustan los entrenadores que pueda dominar, pero yo no le soy cómodo porque no me maneja".

Acompañado por su representante, Miguel Santos, y más relajado que la víspera, cuando debió regresar apresuradamente desde Huesca para que la junta directiva le comunicara su cese -el propio Lamikiz volvió a su vez de Alemania, donde ha inspeccionado los estadios del Mundial-, Clemente ofreció su versión. Según los medios presentes en Benasque, el técnico dijo, tras conocer las incorporaciones de Sarriegi, Gabilondo, Alex García y el juvenil Javi Martínez -el club ha abonado seis millones a Osasuna por este centrocampista-, que sólo Gabilondo era petición suya. "Han traído lo que han querido. Es como si pides pan y te dan otra cosa", espetó entonces. Sin embargo, Clemente indicó ayer que estas afirmaciones ya las aclaró el jueves con Lamikiz cuando éste le reconoció que si el resto de las peticiones no fueron atendidas sería "porque no se ha podido, no porque no se haya querido".

Clemente cargó de nuevo contra la prensa, a la que acusó de "malintencionar" sus palabras. Para el técnico, la junta entendió en la reunión previa a su cese que esas declaraciones no justificaban su salida, "porque fui muy correcto y no falté al respeto a nadie", pero señaló que Lamikiz estaba "afectado por la magnitud de lo publicado": "Al final, cumplió su deseo de cesarme".

"A base de caprichos"

También dijo Clemente que, durante esa reunión, el presidente le expresó que el discurso de Benasque no era la causa de su destitución, sino su mala relación con el recién instaurado consejo deportivo. "Si el motivo aducido para mi salida es ése, deberían haberme echado en junio, cuando acabó la Liga, no tres días después de comenzar la pretemporada", agregó. Clemente destacó la absoluta confianza que había depositado en la plantilla de este año y citó la clasificación para la Liga de Campeones como el objetivo al que debía aspirar con él como máximo responsable.

A continuación, incrementó el tono de sus invectivas: "Lamikiz me ha tratado injustamente y lo que ha hecho conmigo es muy grave. Sus argumentos no tienen consistencia. Me ha vendido por unos intereses mediáticos, por unas páginas de periódico, y para mantener perfecta la raya del traje. No ha sido honesto conmigo porque no ha sido justo. Moralmente, no acepto que en mi club, en mi casa, me echen por nada". Y añadió: "Lamikiz me trajo de urgencia, pero nunca me dio afecto. En dos años hemos pasado tres entrenadores y está claro lo ocurrido".

Por último, el técnico, socio del Athletic y que reconoció su error al votar a Lamikiz en las últimas elecciones, criticó la dirección que ha tomado la entidad: "El Athletic lleva años viviendo en aguas turbulentas, funcionando a base de caprichos, y así nos luce el pelo".