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Desde el Pacífico
Columna
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'Widgets': miniprogramas y grandes tendencias

Los widgets están en todas partes, pero son tan pequeños que pueden pasar inadvertidos. Hasta pueden ser útiles. Fenómeno común en los tiempos de la Web 2.0, la tecnología no es nueva. Lo nuevo radica en que las mayores empresas ofrecen cada una su versión. Lanzada por Apple, la nueva moda atrajo a Microsoft, Yahoo y Google. Lo más interesante es que participa de una profunda evolución de la tecnología y de la web.

Pero ¿qué es un widget? En materia de tecnologías de la información, el término se refiere a un miniprograma que efectúa una tarea única: dar la hora o el valor de ciertas acciones, transmitir las imágenes de una webcam instalada en cualquier esquina del mundo o las últimas noticias de un sitio, seguir el mundial, etcétera. Los widgets funcionan en el trasfondo sin que haga falta abrir otros programas. Son miles y cada usuario escoge el puñado que le conviene.

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"Entre sus objetivos están los de dar fácil acceso a funciones frecuentemente usadas y proveer de información visual. Sin embargo, los widgets pueden hacer todo lo que la imaginación desee e interactuar con servicios e información distribuida en Internet", precisa Wikipedia en español (14 de junio).

Muy cercana a gadget, la palabra puede referirse a un objeto mecánico. De hecho, Google y Microsoft prefieren el término más clásico mientras que Yahoo, Opera y otros utilizan widget.

Apple lanzó la moda con Dashboard, los accesorios de escritorio de Mac OS X, en enero de 2005. Yahoo no tardó en seguir al comprar Konfabulator (empresa en la cual, según las malas lenguas, se inspiró Steve Jobs) y ahora ofrece cerca de 3.000 variantes.

"Se están volviendo populares porque uno puede construirlos con las mismas herramientas, lenguajes y técnicas con las cuales se hacen páginas", explica Ben Gross, analista de la compañía Ferris Research. "Son cada vez más accesibles, de tal manera que más gente puede producir más widgets que llaman la atención de más gente".

Se pueden producir widgets con los lenguajes más importantes de la web, desde HTML y Java hasta Ajax y DFTML. No hace falta ser un auténtico desarrollador. Tanto Yahoo como MSN sugieren a sus usuarios que hagan el que se les antoje y lo compartan con todos.

Los geeks no pueden contener su escepticismo. Pero, al igual que con Web 2.0, el hecho de que las tecnologías no sean auténticamente nuevas no afecta a que un número creciente de personas las usen y que den nuevas funciones. Lo bueno sería que los principales actores se pusieran de acuerdo sobre estándares.

Por pequeños e insignificantes que parezcan, los widgets participan de tres tendencias esenciales y convergentes en la evolución de la web.

Los usuarios asumen un papel más protagonista; ponen en línea los datos utilizados por muchos, lo que define la corriente Web 2.0 (los enlaces que utiliza Google, los productos que se venden por eBay, las fotos que se intercambian en Flickr). "Hay grandes repositorios de widgets/gadgets creados por usuarios en los sistemas más grandes", admite Ben Gross. De manera más general, los widgets nos dan los instrumentos para mejor integrar las informaciones que nos interesan.

La simplicidad, por fin, gana terreno. Las aplicaciones especializadas se vuelven atractivas al lado de los sistemas que lo pueden hacer todo y pesan mucho. Los microformatos están de moda. Permiten una mayor personalización. Paralelamente a la capacidad de constituir nuestro periódico personal con flujos RSS provenientes de varias fuentes, podemos utilizar los widgets que nos convienen para realizar tareas útiles independientemente del sistema operativo o del navegador.

El bricolaje informático atrae a empresas e individuos. Charlene Li, analista de Forrester, escribe en su blog que la moda de los widgets "potencialmente está quitando el poder de desarrollar aplicaciones de las manos de las grandes compañías. Esta tendencia tomará más fuerza a medida que los jóvenes que usan esas tecnologías desde la cuna (los nativos digitales) tomen un papel más protagonista en la sociedad".

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