EE UU dice que la muerte de Zarqaui no ha rebajado la violencia en Irak
El embajador de Estados Unidos en Irak, el influyente Zalmay Khalilzad, ha reconocido que tras la muerte de Abu Musab al Zarqaui la violencia no ha remitido en el país. "No ha tenido impacto en el nivel de violencia, que sigue siendo muy alto", dijo el diplomático en declaraciones a la BBC.
El plan de seguridad, con el despliegue de 50.000 policías iraquíes y 7.000 soldados estadounidenses, lanzado en Bagdad el pasado 14 de junio después de que un bombardeo acabase con la vida del terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui, no ha logrado detener ni los atentados ni la sensación de que la capital iraquí se encuentra sumergida en una vorágine de caos y violencia.
En la entrevista con la cadena británica BBC, el embajador Khalilzad señaló que la muerte de Al Zarqaui, considerado por EE UU el principal responsable de la violencia en Irak desde la invasión, no ha frenado los atentados. "Otros grupos insurgentes han aumentado sus ataques, quizá porque se sentían intimidados por Al Zarqaui", señaló el diplomático, quien aseguró que el Gobierno estaba negociando con algunos grupos suníes.
La aparición de cadáveres se ha convertido en una atroz rutina. Sólo ayer 28 cadáveres de personas con impactos de bala y señales de torturas fueron hallados por la policía iraquí en diferentes barrios de Bagdad. Veinticinco de los cuerpos fueron encontrados en la zona de Al Daura, al sur de Bagdad, y el resto, en otras áreas de la capital iraquí, precisaron las fuentes.
Fuentes del Ministerio de Sanidad dijeron que la cifra de cuerpos que llega a diario al principal depósito de cadáveres de Bagdad ha superado la capacidad de sus 150 cámaras frigoríficas, por lo que hay decenas amontonados en bolsas plásticas en los pasillos del edificio.
Secuestro de un viceministro
Por otra parte, el viceministro de Electricidad fue secuestrado durante varias horas, con 20 de sus guardaespaldas, en un barrio del este de Bagdad. El secuestro es también una demostración del nivel de anarquía que padece el país y una afrenta para el primer ministro, Nuri al Maliki, que ha apostado por la seguridad como el principal objetivo de su gestión. Este ataque se ha producido días después del secuestro del legislador suní Taiser Najah Mashhadani, que ha provocado un boicoteo del Parlamento por parte de los partidos de esta confesión, que han acusado del rapto a las milicias chiíes.
El viceministro de Electricidad, Raad al Harith, cuya afiliación religiosa es desconocida, fue secuestrado junto a 20 guardaespaldas cuando circulaba en un convoy por el barrio de Talbiya, situado cerca de la fortificada zona verde. Fueron detenidos en mitad de la calle por hombres con uniforme paramilitar que viajaban en varios vehículos todoterreno. La liberación se produjo a las pocas horas.
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