_
_
_
_

Zapatero visita India durante dos días para potenciar la presencia española

El presidente se entrevistará con varios miembros del Gobierno

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, inició anoche una visita a India de apenas 48 horas de duración, con la que pretende potenciar la presencia económica, política y cultural de España en el país más poblado y dinámico del mundo después de China. Se trata del segundo intento realizado por un presidente español de abrir mercados en esta economía emergente, que en 2003 registraba más de un 8% de crecimiento y más de 1.000 millones de habitantes. El ensayo anterior fue de Felipe González, en 1993. Después, sólo ha habido contactos ministeriales, ninguno bajo el PP.

Esto puede explicar que la brevedad de la visita, la primera bilateral realizada por el presidente Zapatero al extranjero desde noviembre -si se exceptúa el salto a Berlín del pasado abril-, haya provocado estupor en las autoridades indias y en sus representantes diplomáticos en España, que han tenido que lidiar con el encaje de una agenda presentable en el menor tiempo posible.

El equipo de La Moncloa considera que el resultado es óptimo y que no hay nada que decir sobre la duración del viaje. Zapatero liquidará durante el día de hoy en la capital, Delhi, todos los contactos políticos con el Gobierno -verá a los ministros de Exteriores y Comercio, al vicepresidente y al primer ministro-; con la líder del partido en el poder, Sonia Ghandi; con el líder de la oposición, el ex primer ministro Atal Behari Vajpayee, y aún le dará tiempo de cumplir el rito de la ofrenda floral ante el mausoleo del padre de la independencia, Mahatma Gandhi.

El presidente firmará sendos acuerdos para potenciar el diálogo político con un Gobierno en el que encuentran sintonía su insistencia en el multilateralismo y la Alianza de Civilizaciones; para sentar las bases de una cooperación policial y judicial que interesa a España en lo referente al terrorismo, al tráfico de drogas o a la lucha contra las mafias en general, y para trabajar conjuntamente en el desarrollo científico y tecnológico.

Zapatero presidirá hoy, además, un encuentro empresarial que resume mejor que cualquier otra cosa los objetivos de este viaje. Comercio seleccionó el pasado noviembre a tres países -India, China y Japón- como prioritarios en sus atenciones al continente asiático. El ministerio que dirige José Montilla dotó al proyecto indio con 21 millones de euros, destinados a promover y difundir la imagen y marcas españolas, e incluso a facilitar el establecimiento de empresas. Fue la primera vez que el Plan Asia, iniciado en la anterior legislatura, adquirió contenido financiero.

Fuentes del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que organiza el seminario de Delhi, esperan ver en él a la mayor delegación española que se haya desplazado a India. Unos 70 empresarios españoles se reunirán con otros 120 indios.

El interés se explica por el rápido desarrollo que está viviendo el país y por las medidas liberalizadoras con las que el Gobierno, y especialmente el primer ministro, Manmohan Singh, impulsa ese proceso. India ha pasado de estar en el punto de mira de grupos medianos, como Antolín, Ficosa o Rinder -auxiliares de la industria del automóvil que trabajan con la india Tata y cuyas instalaciones en Pune serán visitadas mañana por el presidente- a atraer la atención de grupos mayores, como Amurrio Ferrocarril o los sanitarios Roca; de grandes constructoras, como Sacyr, y de ingenierías como Isolux y Abengoa. También bancos como el Sabadell y el Santander se interesan por India, donde el BBVA ha pedido licencia para abrir oficinas.

Los problemas y las ventajas corren en paralelo. Uno es que las empresas extranjeras tienen que operar en sociedades mixtas donde su participación no puede superar el 50%. Hubo una excepción con la catalana Agrolimen, a la que se le permitió llegar a un 100% que luego vendió a capital indio. Los empresarios españoles quisieran que esa excepción se hiciera norma. El otro es que, por su estructura federal, India no utiliza los créditos españoles del Fondo de Ayuda al Desarrollo, lo que significa problemas para que las empresas se financien. Estos créditos requieren una garantía pública que, según las autoridades indias, debería ser aportada por los gobernadores de los Estados. Pero los gobernadores no lo hacen.

Zapatero no es el primer español que afronta estos problemas con la voluntad de sentar una pica donde el nombre de España se asocia, sobre todo, a las misiones jesuíticas de hace siglos. El interés ha sido bastante constante desde que los Reyes visitaron India, en 1982. Han mejorado las condiciones y los medios con los que el Gobierno piensa abrir en 2007 un Instituto Cervantes en Delhi y una oficina comercial en Bombay, la capital comercial que el presidente visitará mañana.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_