"Puede hacerse una chuleta en el boli"

Pregunta. Termina el curso. ¿Cree usted que ha aprobado?

Respuesta. Bueno, estoy en ello. Lo que sí me encantaría es tener las vacaciones que tienen los alumnos.

P. Pues la reforma universitaria le queda para septiembre.

R. Se va a presentar ahora. Y está hecha. Queda para septiembre la tramitación.

P. ¿Y en cuanto la apruebe se irá, como su antecesora con la LOE?

R. Espero que no. Me queda investigación y ciencia. Fundamental.

P. Por cierto, ¿se siente una ministra de segundo plato?

R. Me siento una ministra sorprendida por serlo. Lo imaginaba mucha gente, pero yo no.Yo estaba encantada en el Congreso. Ya sé que no es muy frecuente decirlo, pero me parece una experiencia estupenda.

P. ¿Qué tipo de chuleta recomienda para los exámenes?

R. Bueno, yo examinaba con libros y apuntes encima de la mesa. Pero puede hacerse una chuleta en el boli. Aunque ahora tenemos métodos mucho más modernos, como el móvil o los SMS.

P. ¿Quién le ha parecido más rarito del Consejo de Ministros?

R. Rarito, ninguno. Distinto a la imagen que tenía de él, Pedro Solbes.

P. ¿Hay mucha boca abierta cuando habla el presidente?

R. No. Hay discusión, debate; y, de vez en cuando, él pone orden, cuando varios hablan a la vez.

P. ¿Cómo varios? ¿No quedamos en que el que larga incansablemente es López Aguilar?

R. Será que, en los dos meses que llevo, me han tocado reuniones en las que no ha hablado tanto [ríe]. Aunque sí he visto que, cuando pide la palabra, hay unas ciertas sonrisas.

P. ¿Qué consejos le da tío Poldo, que fue presidente?

R. Lo único que me ha dicho es que le parecía muy bien y que me rodeara de buena gente, de gente de confianza.

P. No le ha dicho: "No hagas como yo, que duré tres cuartos de hora".

R. No, por Dios [ríe]. Sí dijo de mí: "Es una progre". Es la distribución de funciones en la familia. Una familia muy amplia, con mucho político.

P. Lo primero que hizo cuando la nombraron ministra fue irse a la compra. ¿Meditó en la frutería?

R. Pues sí. En la frutería y en la charcutería. Intenté comprar de todo, por si no podía volver.

P. Pretende "una educación que enseñe a ser felices". ¿Usted lo es?

R. Pues sí. Soy curiosa, disfruto de las cosas. Sufro, como todo el mundo, pero soy positiva en general.

P. ¿Se le aparecen los obispos por las noches?

R. No. Aunque reconozco que la única reunión que he tenido con ellos fue impactante. Me sorprendió el sentido del poder que tienen. Hablan con convicción absoluta.

P. Eso va a ser de la fe.

R. Exactamente. Yo estoy acostumbrada, por mi trayectoria académica, a hablar con gentes que tienen dudas razonables sobre casi todo. La convicción absoluta sobre algo me sorprende.

P. ¿Cuáles son sus peores pesadillas?

R. Dios mío, equivocarme demasiado.

P. Dicen que es asustadiza, tímida y sosita: vaya plan.

R. Tímida, vale. Asustadiza y sosa, me quejaría.

P. Bucea, navega y rema. ¿Contra corriente?

R. A ser posible, a favor.

P. La ministra de Sanidad se dobla enterita. ¿Usted cómo anda de gimnasia?

R. Estupendamente. Tengo la suerte de ser flexible. Aunque últimamente hago más yoga que otra cosa. Muy recomendable. Yo incluso lo pondría obligatorio.

P. Pues ya sabe: cuando los monseñores le pidan una alternativa a la clase de religión...

R. Ja, ja, ja. Pues mire, no se me había ocurrido.

P. ¿Cómo desconecta?

R. Haciendo yoga, nadando, leyendo. Pero no puedo leer últimamente más que novelas policiacas.

P. ¿Va con los policías o con los ladrones?

R. Pues depende, porque hay malos muy estupendos.

P. A Rubalcaba que va.

R. Se lo explicaré. Le tengo sentado al lado en el Consejo de Ministros.