"El ciclismo no puede ser un deporte de robots"
Sobre la mesa de su improvisado despacho, en el Palacio de la Música y Congresos de Estrasburgo, Christian Prudhomme, director del Tour de Francia, observa la lista de los nueve ciclistas de la carrera francesa implicados en la Operación Puerto. Junto a ella, un libro repasa las grandes gestas de la carrera, historias de los pioneros, de otras épocas en las que el dopaje no existía. O no se tenía constancia. Faltan pocas horas para que arranque el prólogo y la sombra de la corrupción lo cubre todo.
Pregunta. ¿Cómo se siente 24 horas antes de que comience el Tour?
Respuesta. ¡Muy ocupado! De todo lo que está pasando, lo que más me ha afectado, pero en un sentido positivo, es la clara voluntad del Tour y de los equipos de luchar contra el dopaje de una vez por todas y de acabar con esta lacra. Estábamos esperando una confirmación oficial por parte de las autoridades españolas de todos los acontecimientos que ha relatado EL PAÍS y el jueves por la noche recibimos el documento. Sin perder tiempo hablamos con Patrick Lefévère
"Lo que ha ocurrido no es algo horrible. Se puede decir que a partir de hoy el ciclismo, que es un deporte maravilloso, se va a reconstruir"
"Me temo que existe una mafia que trafica con el dopaje. No lo hemos desmantelado todo y también en otros deportes hay prácticas dopantes"
[presidente de la Asociación Internacional de Equipos] y con los directivos. Le pedimos al T-Mobile que hicieran frente a sus responsabilidades y lo hicieron de manera inmediata, así que vamos en una buena dirección.
P. ¿Cómo afecta esta situación a la salud del ciclismo?
R. No es algo horrible para el ciclismo, todo lo contrario. Se puede decir que a partir de hoy el ciclismo, que es un deporte maravilloso, se va a reconstruir. Vamos a hacer todo lo que podamos para que siga siendo un deporte espectacular y atraiga a la gente. Cuando yo era niño, veía a los campeones en la televisión y me hacían soñar. Eso tiene que seguir siendo así para los niños de ahora. Hay quien dice que en la sociedad actual el deporte sólo está dirigido a la televisión. Vale, eso puede servir para algunos deportes, pero no para el ciclismo, que es un deporte de valores. El hecho de que haya corredores que van rodando sin sufrir es lo que puede matar al ciclismo. Lo que de verdad significa este deporte es que haya corredores que atacan, que luego se descuelgan, que vuelven a atacar... La gente piensa: 'Sí, esto es deporte'. Y así es. Es algo bonito porque pasan cosas.
P. ¿En qué ha afectado el dopaje al ciclismo?
R. El ciclismo no tiene nada que ganar con el dopaje, ni siquiera para ser espectáculo. El dopaje es el enemigo del ciclismo. Puede ser verdad que en algunos deportes con el dopaje se puede llegar más lejos o saltar más alto, y que eso lleve a conseguir triunfos, pero en el ciclismo no porque es un deporte de valores. Por ejemplo, si nosotros subiéramos al Galibier lo haríamos a tres por hora. Da igual, no cambia nada, porque al final ganará uno de los dos. El ciclismo no puede ser un deporte de robots.
P. ¿Le recuerda esto a lo que pasó en 1998 con el caso Festina?
R. No puedo compararlo. Entonces yo estaba trabajando como periodista y veía las cosas desde un punto de vista diferente.
P. Entonces también se pensó que se acabaría con el dopaje en el ciclismo. ¿En qué es diferente la situación actual?
R. Ahora hay una toma de conciencia por parte de todos y eso es lo que de verdad necesitamos. Creo que hoy nuestro discurso está muy claro: queremos de verdad luchar contra el dopaje. No decimos que se pueda hacer de un día a otro, pero nuestra voluntad es muy fuerte. Cuando estuve en la presentación de la Vuelta a España escuché al secretario de Estado para el deporte, Jaime Lissavetzky, y me alegré por su intención de desmantelar el dopaje. El hecho de que se haya aprobado una ley contra el dopaje en España como la que existe en Francia y de que los procedimientos de actuación empiecen a ser iguales en todos los países es algo fundamental. Si las leyes son diferentes, es imposible luchar como nos gustaría. Antes era todo demasiado lento, ahora todo empieza a ir por el buen camino. Ya lo advierto, no se va a arreglar en un día, pero la voluntad que he visto en Francia, en España y en otros países me convence de que las cosas van a cambiar de verdad.
P. El Tour ha reconocido que las investigaciones en España advierten de un dopaje organizado en el equipo Astaná, antiguo Liberty. ¿Cuál es la postura respecto a este equipo y su participación?
R. Teníamos un comunicado de la UCI que parecía claro y es verdad que con la decisión del TAS podían salir. Por eso lamento mucho que la documentación que recibimos de España nos llegara tan tarde. Los equipos adquirieron un compromiso de prescindir de los corredores implicados. Lo único seguro es que según eso tenían que aplicar lo que nos dijeron en la reunión.
P. ¿Y si Astaná hubiera intenta tomar la salida del prólogo?
R. No tenemos nada en contra de Astaná como patrocinador, que es una nueva marca que ha llegado al pelotón, pero sí contra la estructura y modelo de trabajo de Manolo Saiz.
P. ¿Quería usted que ese equipo participase en el Tour?
R. No.
P. ¿Cómo afecta esto a la visión que tiene el público del ciclismo?
R. Los corredores han sido siempre vistos como campeones y héroes por las gestas que han protagonizado en las carreteras del Giro de Italia, la Vuelta y el Tour. Pronto tendremos nuevos campeones. Lo que necesitamos es que se borren definitivamente las sospechas que nos rodean. Creo que estos días pasarán a la historia por eso.
P. ¿Considera que existe una mafia en el deporte que trafica con el dopaje?
R. Sí, me temo que sí, que todavía existe. Por supuesto que no lo hemos desmantelado todo y que también en otros deportes hay prácticas dopantes. Lo que de verdad quiero destacar es que el dopaje es la muerte del ciclismo como espectáculo, no tiene ningún sentido. Puede ser que uno se dope para ganar a otro, pero para el deporte eso no tiene ningún interés.
P. ¿Qué consecuencias tendrá la Operación Puerto y lo que está pasando ahora en las audiencias televisivas del Tour?
R. Seguro que se hará notar en Alemania y Francia, y espero también que en otros países. El Tour es un monumento que tiene más de 100 años y que es parte de la historia de Francia. No es una carrera como las demás. Por eso debo defenderla y protegerla.
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