Polis
Otra buena serie que se va. Génesis, en la mente del asesino (Cuatro) acabó esta semana su ciclo con la resolución de unos crímenes con simbología religiosa. Lo del Asesino de los Sacramentos hacía pensar inmediatamente en Seven, una de esas películas que han creado escuela. Si en la serie española el fanático religioso componía con los cadáveres escenarios efectistas con claves ocultas siguiendo los siete sacramentos, el filme norteamericano ya lo había hecho hace una década con los siete pecados capitales. Las religiones y sectas siempre han dado material para las tramas de misterio. Y ésta los supo aprovechar. Sin ser un argumento muy original, fue capaz de mantener la tensión del relato hasta el final. Ayudaba al clima el refinado gore de esthéticienne de los cadáveres, como sucedió en capítulos anteriores con el aspecto de algunas de las víctimas y también algún culpable (un joven monstruo). Se lleva.
En Génesis, la policía trabaja casi como en CSI. (También se lleva). Tienen a su disposición tecnología punta, todo tipo de facilidades para su trabajo e instalaciones de diseño. Los investigadores son serios, guapos, inteligentes, intuitivos y bastante eficaces. Los componentes del equipo encabezado por Mateo (Pep Munné) son todos muy buenos actores, convincentes. Junto a ellos, los calamitosos policías de Los hombres de Paco (Antena 3) -programada casi al mismo tiempo- parecen personajes de opereta. Su comisaría es más de andar por casa. Y 'los de Paco' son mucho más osados en sus casos y sus líos. Es una comedia, claro. En recientes capítulos anteriores se han ido hasta Irak con la dirección postal de Bin Laden en la mano o se han metido en la cama de Benedicto XVI para protegerlo de un atentado. No se cortan. Apuntan directamente al disparate, aunque también haya momentos dramáticos.
Génesis logró el tono de serie norteamericana "de culto" que (supongo) se proponía. A Los hombres de Paco les va bien con la comedia a la española. Hay sitio para ambos.
