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TIENDAS

Gandolfi

Un soplo de aire fresco, kitsch, vanguardista, accesible y casi casi irreverente llega al mundo de la joyería.

Si te dieran a elegir entre un i-pod de 60Gb y un rubí, ¿con qué te quedarías? Si no has dudado ni por un momento, entonces es que no eres de la generación a la que le contaron que una joya es para siempre. Los creadores de la marca Gandolfi tampoco lo son, pero pretenden que la próxima vez te lo pienses un poco más antes de contestar. El gremio de los joyeros, inevitablemente, nos remite a quilates, herencias, amantes, cojincitos de terciopelo y ocasiones especiales, y poco o casi nada a vanguardia y accesibilidad.

Seguramente, por eso, habrás pasado por delante de su escaparate sin detenerte a mirar o lo has confundido con una cafetería de diseño, y es que ésta ni es ni parece una joyería al uso. La colección Gandolfi es el fruto de tres años de trabajo, en los que se han sentado las bases de su filosofía: mucho diseño, precios ajustados, siempre en plata y un público no sabemos si más joven pero sí más amplio.

GANDOLFI. San Andrés, 28, esquina a Divino Pastor [Bilbao] Tel. 915 91 93 77.
www.gandolfi .es
Brazalete de plata
Entre las piezas más espectaculares de la colección encontramos un brazalete de plata maciza rematado por cabezas de dragones en sus extremos o el colgante protagonista del argumento del cómic que ilustra dos de las paredes principales del espacio, una pieza más sobria, cuyo precio varía en función de la piedra y por la que los personajes de la fi cción Gandolfi matarían.
www.gandolfi .es
Por qué vamos
Esta manera de entender la joyería moderniza el sector y lo acerca más al mundo de la moda. En sus silloncitos verás marchantes de arte tomando café, góticos, diseñadores industriales y, como te descuides, hasta a tus amigas.
www.gandolfi .es

Del secretismo de los primeros alquimistas sólo han heredado la meticulosidad, la búsqueda de la pieza perfecta, y quizá un poco la magia. Más de quinientas piezas expuestas, que van desde sencillos anillos de plata pulida a piezas escultóricas, por diseño y tamaño, que combinan resinas de poliéster tintadas con pigmentos naturales, piedras preciosas y semipreciosas engarzadas casi en volandas, réplicas de motores y un personalísimo universo animalario en el que caben moscas, raspas de pescado y criaturas más propias de las gárgolas de una catedral gótica que de una pulsera de pedida. Si ya te han convencido, espera a saber más: el precio medio ronda los 90 € y cada pieza se protege en una de sus Black Box diseñadas especialmente para guardar tus secretos.

Joyería Gandolfi
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