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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Brecha de civilizaciones

No será una guerra de civilizaciones y aún menos una alianza de las mismas, pero lo seguro es que hay ya una antipatía, una grave desconfianza, una brecha difícil de colmar entre Occidente y el mundo islámico. Nunca las relaciones fueron un primor, colonialismo occidental mediante, pero las tragedias del 11-S de 2001 en Nueva York, y el 11-M español de 2004, más el posterior atentado en el metro de Londres marcan un cambio cualitativo a mucho peor entre el espacio judeo-cristiano y las tierras de islam.

Una encuesta del Pew Global Attitudes Project, de iniciativa norteamericana, realizada en 12 países, cinco occidentales (España, Alemania, Francia, Estados Unidos y Reino Unido), otros tantos de confesión musulmana (Jordania, Egipto, Pakistán, Indonesia y Turquía) más Nigeria como puente, mahometano y cristiano, entre ambos bloques, mostraba fuertes divergencias en torno a una serie de cuestiones como la de si los musulmanes respetan a la mujer, si lo hacen los propios occidentales, o incluso qué opinan de ello los islámicos que viven en Europa.

En el bloque occidental, España, quizá como recién llegada al mundo de las migraciones, se destacaba en el extremismo con un 83% que afirmaba que el islam no respeta a la mujer, aunque el país más templado en ese renglón, Reino Unido, tenía todo un 59% en favor de esa idea, mientras que en la zona intermedia figuraban Alemania (80%), Francia (77%) y Estados Unidos (69%). Igualmente, en casa del islam los porcentajes que acusaban a Occidente de idéntico pecado iban desde el 55% en Nigeria hasta el 50% en Indonesia, con Turquía el país mejor situado con el 39%, y único islámico en el que gana la idea de que los occidentales sí respetan a la mujer (42%). Los porcentajes son mucho menos graves, sobre este último extremo, entre los musulmanes residentes en Europa, con un negativo pico británico de un 44% y una excelente nota, al otro extremo del arco, de los musulmanes de España (13%). Y la encuesta no varía gran cosa al tratar de las relaciones generales entre islam y Occidente. Aunque lo sabíamos, el panorama no resulta por ello menos preocupante. ¿Hay remedio a esta situación? Sí, pero con mucho trabajo y paciencia. Tolerancia, comprensión, respeto, aprendidos en la escuela; vigorosa acción de los poderes públicos contra el racismo, actitud constructiva de los medios de comunicación, y todo ello enfocado a una sensata evaluación del caso. Emigrantes ¿por qué? Porque ellos lo merecen y nosotros los necesitamos.

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