La ONU abre una oficina en Barcelona para promover su campaña contra la pobreza

Acabar "sin excusas" con la pobreza en 2015. Este es el objetivo que en 2002 acordaron los líderes de los 189 Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la Campaña del Milenio. Este plan abrirá el lunes oficina en Barcelona con el propósito de fomentar la implicación de los ayuntamientos y la Generalitat, y también de todos los ciudadanos, en el proyecto contra la pobreza.

La inauguración de la oficina barcelonesa irá acompañada por una performance en la plaza Nova de Barcelona. Frente a la catedral, se instalará un contenedor de voces, en el cual los ciudadanos que lo deseen podrán grabar mensajes de 20 segundos exponiendo su deseo de acabar con las desigualdades.

La ONU sostiene que es asumible lograr que, en menos de una década, 500 millones de personas logren salir de la pobreza extrema. Con los datos en la mano, 1.200 millones de seres humanos viven con menos de un euro al día, y 800 millones pasan hambre. Acabar con la discriminación de las mujeres y lograr la universalización de la educación primaria son otros objetivos de la Declaración del Milenio, que se firmó en 2002. Y también reducir la mortalidad infantil: 11 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente víctimas de la pobreza. Las causas: la desnutrición, infecciones respiratorias o enfermedades como la malaria, que mata un niño cada medio minuto.

Todos estos objetivos requieren de la voluntad tanto de las administraciones como del conjunto de la ciudadanía que habita en los países desarrollados. Precisamente, hacer pedagogía y sensibilizar a la población son los objetivos de la oficina de Naciones Unidas. El responsable de la Agencia Catalana de Cooperación de la Generalitat, Àlex Masllorens (Ciutadans pel Canvi), recordó ayer que la Generalitat ha duplicado en dos años el presupuesto destinado a cooperación con los países desarrollados. Aunque Cataluña sigue lejos de destinar el 0,7% de su producto interior bruto (PIB) a la cooperación. En el caso de la Generalitat, el porcentaje representa un 0,36% del presupuesto, aunque el número de ayuntamientos que superan la barrera -entre ellos, el de Barcelona- aumenta año tras año.