El drama en el medio campo

La 2 nos obsequió el domingo con la narración de la vida de José Ortega y Gasset, contada por Marisa Ciriza en un reportaje que poco tendría que envidiar a los mejores documentales anglosajones de la BBC. Ortega es uno de los grandes filósofos europeos, permeó con su filosofía el pensamiento de su época, y aún este tiempo lo valora. Recordarle en una noche como la del referéndum catalán resultaba interesante, porque ahí apareció la voz de Ortega vislumbrando una España organizada en autonomías el día en que unos políticos y otros se disputaban la esencia de lo que ellos creen que ha de ser el Estado. Escuchamos algunos espléndidos párrafos del pensador, atravesados por el entusiasmo, o atosigados por la realidad que le hizo guardar silencio. Desfilaron algunos pensadores o historiadores -Fusi, Lasaga, que era el asesor del programa, Elorza, Muguerza, Fusi, y apareció, como en un símbolo, su discípulo Julián Marías, portando el féretro de su maestro-; y apareció Francisco Ayala, quien a sus cien años es el superviviente de quienes le escucharon en aquellas tertulias "organizadas", como dijo Ayala, que se celebraban en la sede de la Revista de Occidente.

No fue un programa estrictamente conmemorativo; sirvió para que hubiera controversia en torno a las ideas de Ortega y para que la gente que en ese momento no estuviera viendo el fútbol o los comentarios en torno al referéndum se acercaran a la figura de un personaje que de tanto ser citado parecía no ser de carne y hueso.

Hice zapping, a veces, y contemplé en CNN+ la voz tronante de Rajoy, enfadado con el resultado del referéndum, y el verbo más tranquilo de Zapatero, encantado del resultado. Busqué luego la parte de sosiego que tiene el fútbol, y me refugié sucesivamente en los verbos tranquilizadores de Robinson (Canal +) y Valdano (La Sexta), gente que no transmite la impresión de que en los partidos hay drama hasta en el medio campo.