Villa-Torres como Crespo-Saviola

Enamorado como está de Italia, "más que nada porque siempre hace lo justo para seguir en el campeonato" y sobre todo de Argentina, "porque está bien confeccionada y sabe jugar el Mundial", Luis se refirió ayer al dúo español, Villa-Torres, como una pareja de ataque similar a la que forman Crespo y Saviola en el equipo de Pékerman. "Torres es un punta-punta, con velocidad", explicó el seleccionador español. "Villa es un delantero que marca goles y, además, puede caer a las bandas, deja la pelota de cara y recepciona el balón estupendamente. Los dos se complementan muy bien. Funcionan un poco como Crespo y Saviola en Argentina. Crespo es el punta-punta y Saviola el jugador que también puede atacar desde los costados".

El Niño Torres no siempre es el punto final del equipo en el Atlético y en cambio Villa siempre se ha tenido como el último delantero incluso en el Valencia por mucho que Quique Sánchez Flores también le invite a dejarse caer a las bandas. Los dos se están adaptando a su nuevo rol en la selección y, de momento, las cosas funcionan tan bien que marcaron tres de los cuatro goles -el primero fue de Xabi Alonso- en el partido contra Ucrania. Villa (Langreo, 1981) transformó un libre directo y un penalti, una suerte en la que se muestra infalible. Pichichi de la Liga con 25 tantos, uno menos que el azulgrana Eto'o, el asturiano compite ahora como los máximos artilleros del Mundial.

"No me preocupa ser el goleador de la Copa", anuncia Villa. "No tengo en la cabeza ser el Pichichi del campeonato, aunque los delanteros vivimos del gol y los dos que marqué contra Ucrania me sirven de estímulo para pensar en las cosas que hice bien y en la manera de poder repetirlas". El delantero se lamenta incluso porque su cuenta pudo aumentar en dos remates francos que no supo resolver ante el portero Shovkovsky y por tanto no alcanzó el hat-trick. "Vamos a ver cómo sale el partido contra Túnez", afirma. "Aunque sus centrales son poderosos, ya estoy acostumbrado a batirme con marcadores de mayor talla. No por ser más altos serán mejores. Al fútbol se juega con la pelota en el suelo".

Villa está acostumbrado a ser el origen y final del gol. A menudo, ha tenido que fabricarse las ocasiones, y no le ha ido nada mal porque en las tres últimas temporadas ha marcado 25 tantos con el Valencia (en 37 partidos) y 17 (en 28) y 15 (en 35) con el Zaragoza. La hinchada de Mestalla se siente dichosa por la inversión de 12 millones que pagó el club por un delantero completo. A juzgar por los números del último ejercicio, le da igual de bien con la cabeza (4 goles), que con el pie izquierdo (6) o el derecho (9) y ya se sabe que no falla penaltis (6). El promedio de su acierto rematador es del 26% frente al 13% de Torres, cuyo máximo registro en una temporada es de 19 tantos (2003-04).

Ahora, sin embargo, en la selección juega un poco más alejado y desenfocado de la portería, y una de sus funciones es la de generar espacios, conectar con el último pase de Xavi, mezclar con Luis García y habilitar la carrera de Torres. "Hemos demostrado con el Niño que no somos incompatibles como se contaba", denuncia. "Estamos los dos muy satisfechos. Trabajamos y resolvemos los posibles problemas o disfunciones que se presentan". "Los goles son una cuestión de rachas", acaba, "y ahora parece que vuelvo a estar enchufado después de tres amistosos en que no metí ni uno".

El nombre de Zaira, su hija, figura en una bota mientras que en la otra está la bandera de Asturias. No extraña, por lo demás, que uno de sus ídolos sea Luis Enrique. Villa es un guaje auténtico.