"Se nos reconocen cosas importantes para la identidad"

Beth Rodergas (Súria, 1981) lo tiene claro. "Yo soy del sí", asegura con rotundidad. La cantante admite que no ha podido seguir el proceso de elaboración del Estatuto. Estos días tiene varios conciertos, prepara el lanzamiento de su próximo disco -"cambio de compañía, de estilo y de idioma"-, ensaya para una obra de teatro que se estrenará en noviembre y sigue colaborando en El Club de TV-3. "¡No paro, vaya!", concluye. Aun así, el domingo acudirá a las urnas.

Pregunta. ¿Por qué tiene tan claro su sí?

Respuesta. Creo que los cambios casi siempre son positivos y necesarios. Más aún si son sobre algo que se escribió hace años, porque todo pasa muy deprisa. Nos tenemos que adaptar a lo nuevo. Será positivo para Cataluña porque se reconoce una serie de cosas importantes para la identidad y el respeto. Aparte, claro, de lo económico, que creo que es lo que mueve las cosas, pero aquí me pierdo.

P. ¿A pesar de los recortes en el Congreso de los Diputados?

R. Esto era de esperar.

P. ¿Había algún punto que para usted era irrenunciable?

R. No. Pero para ser sincera debo decir que no conozco tanto el Estatuto como para opinar de ello.

P. ¿Cómo ha seguido el proceso de elaboración del texto?

R. No lo he hecho demasiado. Inevitablemente me he ido enterando de lo que sucedía, pero poco.

P. ¿Y qué le ha parecido la actitud de los políticos?

R. Las respeto todas y prefiero no juzgarlas.

P. ¿En qué cree que le va a beneficiar el Estatuto?

R. No lo sé, pero seguro que en varias cosas. Como mucho, me quedaré igual que ahora, pero estoy convencida de que no me va a perjudicar en nada.

P. Da la imagen de ser muy activa políticamente. ¿Lo es?

R. Pues no demasiado. Me gustaría estar al día y enterarme de más cosas, pero he de reconocer que la política me queda muy grande, no la entiendo demasiado y se me escapa de las manos.

P. ¿Se define en algún sentido?

R. No.

P. ¿En su entorno se habla del Estatuto?

R. No es un tema muy común. A veces... Lo cierto es que nos preocupamos de otras cosas. Por ejemplo, tratamos de ser felices.