Nace Iniciativa Sevilla Abierta, un foro ciudadano que quiere salir del "monocultivo de la tradición"

"Creemos en una ciudad en la que la pasión no dure sólo una semana, ni la imaginación se desperdicie todos los lunes del año en chistecitos sobre el otro equipo de fútbol". Estas palabras, del escritor Antonio Molina, sonaron ayer entre otras muchas que expresaban deseos similares en la presentación de Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), un foro ciudadano que reúne ya a unas 500 personas de profesiones muy diversas y que tienen en común su apuesta por una ciudad innovadora y solidaria que supere "el monocultivo de la tradición", en palabras de Sebastián Chávez, profesor de Genética y uno de los fundadores de ISA.

Más de 300 personas asistieron ayer en el monasterio de Santa María de las Cuevas de la capital andaluza a la presentación de Iniciativa Sevilla Abierta (ISA) que da respuesta a la necesidad de "un grupo de ciudadanos muy heterogéneo que tiene la sensación de vivir en una ciudad con una historia extraordinaria, pero anclada en el tiempo; en la que hay gente innovadora y estupenda en todos los campos que, lamentablemente, son como islas flotantes. A pesar de que existe ese gran potencial humano a nivel científico, económico, empresarial y artístico, la ciudad se sigue expresando a través de sus ritos y tradiciones", precisó ayer Francisco Ferraro, catedrático de Economía y otro de los firmantes iniciales.

En la primera declaración de intenciones de ISA, de la que forman parte arquitectos, médicos, abogados, periodistas, empresarios, investigadores, libreros, artistas y bailarines, entre otros muchos, queda claro que no desprecia las tradiciones. "Pero cuando las tradiciones se convierten en lo único que identifica y legitima a una sociedad, cuando éstas monopolizan su representación, es entonces cuando ahogan o convierten en estériles los intentos de renovación y modernización".

El acto de ayer, una alternativa laica a la procesión del Corpus Christi, comenzó con la apertura de la Cápsula del tiempo, una obra que el colectivo artístico Agencia de Viajes realizó en el huerto de La Cartuja para la Exposición Universal de 1992. Los artistas Federico Guzmán y Victoria Gil, dos de los miembros de Agencia de Viajes, abrieron 13 metros del foso -que tiene 69 metros- para que los asistentes pudieran enterrar en alquitrán "un nuevo estrato de escritura arqueológica. Es un sistema de comunicación a través del tiempo ya que el alquitrán detiene el proceso de descomposición de los materiales", precisa Guzmán. Además del hombre del futuro, homo samplum, que echaron al foso los artistas, la gente enterró objetos que, para ellos, representaban la ciudad: una jaula de grillos que guardaba imágenes religiosas, un as de corazones o una mierda de plástico, entre otras muchos.

El actor Juanjo Macías fue el maestro de ceremonias para los asistentes, que recorrieron varios espacios del monasterio en los que las palabras de miembros de ISA se alternaron con actividades como la lectura de fragmentos del libro Las ciudades invisibles, de Italo Calvino; la actuación de la Carolain Band, un grupo contestatario que lidera Cangrejo Pistolero, o el "diálogo" que el periodista Jesús Vigorra mantuvo con el cenotafio de Colón y que tituló La ciudad de las momias. "Quiero reivindicar la momia políticamente incorrecta de Colón, única momia laica y pecadora en esta ciudad santa", dijo Vigorra. "Nuestro objetivo es crear un mecanismo de debate interno para que los ciudadanos puedan comunicarse, lo haremos a través de Internet; pero también habrá reuniones como esta para que nos conozcamos y se nos quite el complejo de pensar que somos bichos raros en esta ciudad", precisa Sebastián Chávez.