No hay seguro para Rooney
Ni siquiera la federación inglesa quiere arriesgarse a un debut prematuro del delantero, que ayer se entrenó por fin con normalidad
Demasiado arriesgado. Ni siquiera el seguro de la federación inglesa está dispuesto a cubrir el debut de Wayne Rooney esta tarde en Núremberg ante Trinidad y Tobago. Rooney corrió ayer y golpeó el balón con normalidad, pero puede quedarse sin los 20 minutos que le había prometido el seleccionador, Sven Goran Eriksson. La póliza del seguro de la federación temblaría en caso de que Rooney se volviera a romper el cuarto metatarso del pie derecho, el mismo que se fracturó hace seis semanas en un partido de la Premier contra el Chelsea tras una entrada de Ferreira. Sobre todo porque no ha sido examinado por un médico independiente después de las radiografías de la semana pasada.
Brian Barwick, director ejecutivo de la federación inglesa, pretende retrasar el estreno del delantero del Manchester hasta la semana que viene. Angus Wallace, cirujano ortopédico de Nottingham, ya advirtió de que Rooney no debería jugar en la fase previa. Ambos apoyan la teoría del Manchester United, siempre contrario a un estreno prematuro del jugador. El United es miembro del G-14, el grupo de clubes más poderosos de Europa, y está a favor de medidas judiciales contra la FIFA después de que un jugador marroquí del Charleroi belga se lesionara en un compromiso internacional.
Los médicos apoyan la teoría del Manchester, contrario a un estreno prematuro de su jugador
Nadie presta atención a Trinidad y Tobago, cuyos jugadores volvieron ayer al hotel en bicicleta
Mientras, muchos palos han caído sobre la figura de Eriksson después de la raquítica victoria ante Paraguay tras un autogol de Gamarra (1-0). "Las abismales limitaciones del grotesco y excesivamente pagado Sven Goran Eriksson se expusieron en el pálido 1-0 ante la modesta Paraguay", escribió el gurú de la historia de los Mundiales, Brian Glanville, en la revista World Soccer. Glanville critica la "indulgencia idiota" del seleccionador al haber convocado al joven Theo Walcott, de 17 años, que no ha debutado en la Liga inglesa, y dejar el ataque en manos de un Owen lejos de su mejor forma, un Rooney que no se sabe cuándo volverá y un Crouch sin velocidad. Por último, Glanville insiste en que Inglaterra carece de verdaderos extremos. No lo es Beckham, pese a sus precisos centros, ni tampoco Joe Cole, que actúa por la izquierda a pie cambiado.
Frente a Beckham estará hoy con Trinidad y Tobago un viejo conocido, Dwight Yorke, ex compañeros en el Manchester, donde vivieron cuatro años gloriosos, de 1998 a 2002, entre ellos el triplete de 1999: Liga y Copa inglesas, además de la Copa de Europa. A sus 34 años, Yorke ya no es el delantero rompedor que fue, sino que ha retrasado su posición a la media punta. Y se ha refugiado en el Sydney FC de Australia puesto que se había quedado sin equipo. "Pero sigue siendo muy peligroso", anuncia Beckham, dolido a su vez por los abucheos que recibió su compañero Hargreaves cuando entró en el campo para suplir a Joe Cole ante Paraguay. Silbado por su propia hinchada antes de empezar a jugar. ¿Su pecado? Nació en Canadá, es de madre galesa y reside en Múnich, donde juega en el Bayern. "Me lo esperaba. Siempre he sido un segundón, pero al final salgo adelante", confesó Hargreaves.
Beckham también se quejó ayer de las befas de los periódicos sensacionalistas alemanes. "Yo ya estoy acostumbrado a que se metan conmigo, pero es duro para mi familia, que ya sufrió mucho después del Mundial de Francia 98", dijo Beckham en alusión a la brutal campaña que lanzó la prensa amarilla sobre él después del Mundial de Francia por haber sido expulsado ante Argentina. "Tratamos de apartar todas las distracciones. Estamos muy felices aquí, en medio de la nada", agregó el capitán de Inglaterra, refiriéndose al hotel de Baden-Baden donde se hospeda la expedición inglesa. Baden-Baden fue el lugar preferido para veranear por las monarquías europeas y los ricos ociosos del siglo pasado. Mark Twain pasó dos semanas tratando de curarse de un reuma. Ya no hay aristócratas en Baden-Baden, pero sí ricos ociosos: las esposas de los futbolistas ingleses, que han causado convulsión en el lugar. Los papparazzi se mueven a su alrededor y ellas salen de compras y copan las fotos de portada de los tabloides.
Tanta atención a Inglaterra y tan poca a Trinidad y Tobago, cuyos jugadores regresaron ayer en bicicleta del entrenamiento. También pedaleó Leo Beenhakker, de 63 años, en una nueva aventura del técnico holandés, que trata de infundir el aroma del fútbol de su país en estos debutantes caribeños. La mayoría de sus chicos juega en Inglaterra, están habituados al pelotazo y Beenhakker les obligó a mandar el balón al suelo. Con éxito, por lo visto ante Suecia.
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