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Crónica:Alemania 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Maravillosa España

El conjunto de Luis, al mando de un Xavi espléndido, protagoniza su mejor arranque de la historia y arrolla a Ucrania

Ramon Besa

Apareció la selección española en la Copa del Mundo y se puso a jugar como si fuera la mejor de las favoritas, por no decir la campeona. Leipzig no es una ciudad cualquiera, ni siquiera para el fútbol, y así lo entendió España, que se marcó un partidazo solemne en un momento crucial. Luis le había dado tantas vueltas a la alineación que podía salir cualquier cosa. Le dio el seleccionador al botón y el equipo funcionó de maravilla. La suya fue una actuación exquisita, jovial, futbolera como ninguna otra, tan aseada como saludable. Así es Xavi, y así jugó la selección.

Ningún jugador reflejó mejor el memorable partido de ayer que el azulgrana. Xavi se asoció con los defensas y los delanteros, y con el saber estar de Xabi Alonso, activó al grupo con tanta facilidad que parecía jugar de memoria, como si llevaran practicando toda la vida, imposible que fuera la primera vez que se juntaban en la cancha. Nadie reparó en el calor, ni en el césped, ni en la extrañeza del balón porque el fútbol español no admitía distracción de tan divertido como era para una hinchada tan festiva que acabó cantando: "Sí, sí, sí, nos vamos a Berlín".

RESULTADOS

ESPAÑA 4 - UCRANIA 0

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El último gol de Torres resultó especialmente agradecido porque Puyol se arrancó como si fuera Beckenbauer: robó la pelota en la línea de medios, eliminó a dos rivales con una roulotte que sólo se le suponía a Zidane, y tiró dos paredes, la última de cabeza, para habilitar al ariete rojiblanco, espléndido con el gatillo. Ausente Raúl, Puyol tomó el liderazgo indiscutible de un grupo al que le salió un encuentro a pedir de boca por bonito y efectivo: 4-0. El equipo tiene una pinta tan excelente que invita a acompañarle en la Copa hasta donde sea necesario.

Muy bien plantada y dinámica, la selección se desplegó desde el inicio con una determinación y fortuna desacostumbrada, y también con un estilo novedoso porque utilizó la pelota para dañar y no para enredar, ni tampoco para alimentar al contrario. Pasado el cuarto de hora ya había contado dos goles a la salida de dos jugadas a balón parado, una suerte que no se le suponía, acostumbrada como estaba a combinar insustancialmente. Ayer fue un equipo directo, profundo y vertical incluso en ocasiones, para nada especulador. Aseada desde la salida, la selección buscó la portería de Shovkovsky desde los distintos sectores de la cancha, por alto y por bajo, siempre agresiva con el cuero, en defensa y en ataque, porque el buen juego de posición avalaba su decidida actitud.

Mezclaban muy bien los tres medios, jugadores diferentes y complementarios, y enganchaba Luis García como falso media punta, sacando a los centrales, aliviando a los centrocampistas, tocando para la subida de los laterales, facilitando el desmarque de Villa y Torres, que barrían certeramente el frente de ataque. Torres dotó de un dinamismo y una continuidad al ataque español que desorientó y acabó erosionando a la defensa ucrania.

Aunque los goles no fueron nada ortodoxos, los dos jugadas retrataron lo bien que jugaba España y lo mal que lo hacía Ucrania, sorprendentemente vulnerable, falta de un Shevchenko, entre lastimado y ninguneado por la zaga contraria.

Aguardaba el equipo de Blokhin a que la selección española equivocara el pase y le regalara la pelota en la divisoria para tirar la contra hacia la carrera de Shevchenko. Ocurrió, sin embargo, que los jugadores de Luis no se equivocaron ni una sola vez. Eligieron siempre el momento oportuno, tanto para descargar en ataque como para recogerse en defensa, y dejaron a Ucrania sin munición.

El asunto era así de simple: jugaban para acabar la jugada, igual daba que fuera en gol o en córner, en falta o en fuera de banda. Xabi Alonso se maneja igual en corto que en largo, a Xavi nunca le caduca el balón en los pies y lo juega con sentido común, y Senna aporta contundencia, tiro y eficacia. Los tres gobernaron el encuentro con una gran autoridad futbolística porque alternaron los cambios de orientación con el pase interior.

Ucrania nunca tuvo tiempo para reaccionar. Inútilmente esperó que el equipo español se equivocara en alguna ocasión a la hora de tirar el fuera de juego y quedó noqueada nada más volver al campo tras el descanso en un contraataque terminal que fue rematado por el colegiado: penalti a Torres después de una asistencia de Villa, expulsión de Vashchuk y gol, tres sanciones que parecieron demasiado disuasorias para una jugada confusa. Villa no perdonó y mató el partido. Luis dio cancha acto seguido a Raúl para que participara de la fiesta, y metió a Albelda para que aburriera al contrario. Y así pasó el rato, perpleja la hinchada por cuanto había visto, feliz por un partido deslumbrante, hasta que apareció Puyol y le puso el mejor punto y final a una tarde para recordar largamente, al menos hasta el próximo partido.

Xavi se abraza a Villa tras marcar éste uno de sus dos goles.
Xavi se abraza a Villa tras marcar éste uno de sus dos goles.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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