Una madre se reúne con su hijo, secuestrado durante tres años

La nigeriana Joy David, de 24 años y madre del niño secuestrado por una pareja de su misma nacionalidad durante tres años, compartió ayer las primeras horas con su hijo tras ser liberado en la localidad madrileña de Móstoles el pasado día 8. "Es lo mejor que me ha pasado en la vida", comentó la mujer.

Acompañada por su actual pareja, el español Antonio, de 34 años, la mujer agradeció a la prensa, a la policía "y a España entera" todo el apoyo que ha recibido desde que fue detenida la pareja nigeriana que, supuestamente, le quitó a su bebé nada más nacer y la obligó a ejercer la prostitución para saldar una deuda de 45.000 euros que había contraído con ellos.

El pequeño, que pasó su cautiverio en una habitación (de un piso de Móstoles), encerrado y sin apenas salir a la calle aunque no sufrió malos tratos, recibió la visita de su madre en un Centro de Acogida de la Comunidad de Madrid al que fue trasladado tras su liberación.

"Está muy precioso y muy bien de salud", explicó Joy, "aunque se quedó asustadillo" cuando recibió el primer abrazo de su madre. Ésta le obsequió con un payaso, un juego de piezas, caramelos y muchos besos.

El niño deberá permanecer en el centro a la espera de las pruebas de ADN, de unos análisis y "de que se adapte a nosotros", señaló Joy, que aseguró que había perdido la esperanza de encontrar a su hijo. Joy dijo que de momento no teme posibles represalias de los secuestradores del pequeño: "El miedo que siempre tuve fue por mi hijo, pero ahora ya está conmigo".

Joy explicó que dio a luz en un hospital de Madrid, aunque no se acuerda en cuál, y que al niño se lo llevaron al nacer, obligándola a prostituirse para pagar la deuda (de 45.000 euros) porque lo único que quería era mi hijo.

Su actual pareja, Antonio, de 34 años, la conoció en un local de alterne de Granada y viajó con ella a Lleida, donde hace algo más de un año denunciaron los hechos en una comisaría de los Mossos d'Esquadra en Sort, y de los que en mayo pasado tuvieron conocimiento los agentes de la Brigada de Extranjería madrileña. "Los mossos tardaron un año en pasar el caso a Madrid a pesar de disponer de muchos datos y documentación", se quejó Joy.