Enigmática España
La selección se estrena en el torneo con una alineación inédita y sólo tres titulares con experiencia mundialista
Invicta y, sin embargo, incierta. Igual que una debutante presa de la emoción y también del vértigo. Así es la historia de la selección española en la Copa del Mundo y también del equipo de Luis Aragonés que comparece en Leipzig. No ha perdido ninguno de los 22 partidos disputados y, sin embargo, no tiene una alineación estable. El técnico ha variado de plan de forma constante, al punto de que, en la rueda de cambios, se ha caído hasta el capitán. No juega hoy Raúl, entre lesionado y suplente, circunstancia que expresa el misterio que embarga de un tiempo a esta parte al conjunto nacional. "Históricamente, no somos un grande", admite Luis para añadir después: "Espero que no fallemos. Los chicos son jóvenes y tienen que aprender a competir muy deprisa. A cambio, tienen un atrevimiento del que adolecen los demás".
Otra vez el seleccionador se estrena en un torneo, hay varios futbolistas debutantes y el sistema de juego es igualmente novedoso. Nada mejor que remitirse a la alineación para dimensionar el cambio: el once titular se reunirá por vez primera en un partido; sólo Puyol, Xavi y Casillas formaron parte del equipo que comenzó en Japón y Corea del Sur 2002; a Senna y Pernía les dieron la zamarra el mismo día en que juraron la Constitución y se nacionalizaron; los extremos Reyes y Joaquín han menguado y del llamado pasillo de seguridad han saltado Albelda y Raúl para quedarse Casillas -hoy, capitán a sus 25 años-, y Puyol, el único de los que se alinearán de salida que figuraba en el primer once que cantó Luis al tener acceso al cargo en agosto de 2004 en un partido amistoso contra Venezuela.
No se sabe cómo funcionará la cosa. El hilo conductor español en la Copa no es el fútbol, sino la fatalidad. "A ver si ésta es la buena", se sincera Casillas en un resumen de la situación. Aunque no es un valor seguro a largo plazo, nadie duda de que España alcanzará los octavos de final porque es mejor que sus rivales y tiene por costumbre solventar las fases de clasificación. Hoy le toca el más difícil, que es Ucrania, aunque el seleccionador teme especialmente a Túnez mientras que nadie repara en Arabia Saudí.
A la debutante Ucrania le ocurre más o menos lo contrario que a España. Le alcanza con mentar el nombre de Shevchenko y no se pregunta por nadie más, salvo por el entrenador, Oleg Blokhin, dos personajes intimidatorios. Aparentemente, es un equipo fuerte, difícil de batir, desequilibrante en la contra y bien armado alrededor de Sheva, nuevo jugador del Chelsea. Al equipo español le conviene desactivar a Shevchenko, siempre que se recupere de sus molestias, para que Xabi Alonso pueda conectar a un plantel al que le cuesta meter goles, por más que la estadística le dé dos por partido, un promedio adulterado por la tunda (11) a San Marino.
Luis ha preferido a Xabi Alonso antes que a Albelda para un partido que puede resultar muy exigente por el interés de Ucrania y por circunstancias como el horario y la cancha, que obligarán a los futbolistas a hidratarse el doble que en uno normal. Hace mucho calor en Alemania a las tres de la tarde y el césped del campo está seco, circunstancia que dificulta la velocidad de la pelota. Mal asunto para Xabi Alonso y para Xavi, dos medios que acostumbran a mezclar bien, como ya se comprobó en el amistoso contra Inglaterra.
"Hay que ser verticales y machacar", insiste el volante del Liverpool. "Tenemos que ser profundos", corrobora el barcelonista. Los dos saben que a los peloteros se les acusa de marear demasiado la perdiz. "La cuestión", zanja Luis, "es que la condición física de base del rival es superior y tenemos que superarles a base de toque". El interés por mitificar a Ucrania contrasta con la falta de información fiable. Los jugadores todavía no han visto ningún vídeo del adversario. "En cualquier caso", tercia Puyol, "las sensaciones son buenas porque hemos trabajado bien y ahora viene lo mejor". "Te juegas mucho en el primer partido", concluye Luis; "me vale sólo la victoria".
Empieza una nueva aventura mundialista de la selección, que contará con el apoyo de los Príncipes de Asturias, sin motivos para el optimismo ni tampoco para el dramatismo. A día de hoy, sigue siendo todo un gran enigma futbolístico.
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