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Columna
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I+D

Rosa Montero

De todos es sabido que en España se nos da fatal lo de la I+D. Unas siglas que significan Investigación más Desarrollo, pero que también podrían referirse a Izquierdas más Derechas. En realidad, en lo que somos una completa nulidad es en lo de sumar y compartir. Y lo que se nos da de perlas es restar, dividir y mordernos la yugular unos a otros.

Es verdad que existe una derechona intratable, inamovible e insoportable. La componen unas personas de talante feroz que siempre están en contra de todas aquellas reformas sociales que pueden mejorar la vida de la gente. ¿Que se habla de la sedación de los enfermos terminales, para que no sufran indecibles torturas para morir? Pues nada, ellos montan unas cruzadas abominables, persiguen a médicos y son el origen y la causa de muchas agonías desesperadas que están ocurriendo en nuestros hospitales día tras día. ¿Que se hace una ley para permitir el matrimonio homosexual? Arman una escandalera ensordecedora, como si la sociedad estuviera en riesgo por esa menudencia. ¿Que se hace una Propuesta no de Ley para evitar el maltrato a los grandes simios? Aúllan que equiparar el ser humano a los animales (¿?) es un pecado. ¿Que se intenta evitar que los transexuales tengan que mutilarse bárbaramente y poner en riesgo sus vidas para que se les reconozca su sexualidad? Pues también les parece una atrocidad, probablemente porque desean que paguen su supuesta aberración con dolor y sangre. Qué falta de compasión y qué estupidez, la de la derechona. Se diría que están todo el rato pendientes de ver qué mejoras se introducen para oponerse a ellas inmediatamente.

Pero el caso es que también existe una izquierdona intolerante, insufrible e inadmisible. Son esos tipos que apoyan o disculpan a dictadores como Castro; que enseguida tildan de fascista a cualquiera que no piense como ellos, sin advertir que al comportarse de manera tan dogmática ellos demuestran ser los verdaderos fascistas; que manipulan la realidad e inventan enemigos, para seguir sintiéndose puros y perfectos. En fin, a ver si izquierdas y derechas nos libramos de estos miserables, de estos energúmenos, y aprendemos por fin a sumar, que va siendo hora.

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