Una cuestión de peso
Los checos, impulsados por los pulmones de Nedved y los goles de Rosicky
La capacidad pulmonar de Nedved, la seguridad de Cech y dos artísticos aerolitos desgajados de la pierna de Rosicky aplastaron al entusiasmo casi infantil de Estados Unidos. La República Checa, con un pragmatismo muy poco habitual en la era de Karel Brückner como seleccionador, ganó por una cuestión de peso: Nedved y Rosicky estaban en su lado de la balanza. La estrategia de mínimo desgaste sólo le falló al conjunto centroeuropeo en la lesión de Koller. El gigante de dos metros, que había marcado el primer gol como quien agita un caramelo sobre las cabezas de los niños, tuvo que ser sustituido casi al final del primer periodo por un tirón. Después se paseó cojeando por la banda levantando el pulgar en señal de buenas noticias. Los médicos, sin embargo, no lo tienen claro. Anoche se especulaba con la posibilidad de que se pierda el resto de la competición.
La mayoría de los jugadores de Estados Unidos son números de relleno en plantillas anodinas de la Liga inglesa. Su gran estrella, Landon Donovan, juega en el campeonato local tras fracasar en su experiencia europea en el Bayer Leverkusen. Sin embargo, el grupo de Bruce Arena es generoso. Eso no se le puede negar. Son generosos en el espíritu y en el músculo. Nunca se desfondaron y durante el primer tiempo manosearon la pelota en proporciones masivas. En ese periodo, además, Reyna disparó al poste con Cech vencido.
Los norteamericanos llegaban por las bandas y enviaban centros cruzados al área. Allí, el espigado Cech interceptaba el vuelo del balón con una mano. Donovan insistía en el uno contra uno, obteniendo alguna falta peligrosa y poco más. No tenían ni más ni mejores argumentos.
Conforme avanzaban los minutos, la diferencia de solidez entre un conjunto y otro se hacía más evidente. Los checos, con un ubicuo Nedved de líder indiscutible, empezaron a conservar la pelota y a hacer cosas interesantes con ella. Estados Unidos, mientras tanto, perseveraba en su defectuoso pero entusiasta juego y dejaba muchos espacios atrás.
La disposición táctica que Arena hace de los futbolistas es bastante poco habitual. Juegan dos medios centro después dos supuestos interiores que, en realidad, se acoplan como mediapuntas y dos delanteros. Todos por el centro. Las bandas sólo las ocupan los laterales, muy abiertos. El experimento facilita que en el ataque conserven la pelota y lleguen a los tres cuartos del campo. Pero en la defensa resulta completamente vulnerable.
Una fragilidad que los checos explotaron durante los segundos 45 minutos con mucha insistencia. Rosicky tiene una mira telescópica en el pie. Además de marcar dos goles extraordinarios, estrelló la pelota en el larguero durante esos minutos de control checo.
La réplica intentaba darla Johnson, un delantero del estilo del centrocampista Donovan: muy individualista. Keller casi salía hasta medio campo para iniciar la jugada y muchos futbolistas se mantenían por delante de la línea del balón. El problema de Estados Unidos era que sus jugadores, sencillamente, son peores que los de la República Checa. En definitiva, una cuestión de peso.
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