Los centinelas del sistema sanitario
Los médicos de urgencias debaten los retos de un servicio que atiende al 53% de las personas que entran en un hospital
Los médicos de urgencias y emergencias son los primeros en ver a más de la mitad -exactamente, el 52,83%- de los 4,6 millones de personas que entran cada año en un hospital en España. Fuera de los centros realizan unos cuarenta millones de actuaciones. Por eso son también los primeros en tratar con nuevos retos sanitarios, como los efectos de las nuevas drogas, la detección de malos tratos, los tratamientos de emergencia para evitar embarazos no deseados o el aumento de los infartos cerebrales (ictus). El último congreso de la Sociedad Española de Médicos de Urgencias y Emergencias (Semes), que concluyó ayer, ha sido un llamamiento de atención a todos ellos, para que estén preparados ante estas situaciones.
Los profesionales piden que se cree una especialidad para estar mejor preparados
La píldora poscoital debe facilitarse en todos los servicios, según los expertos
"Somos los primeros en ver los efectos de las nuevas drogas de síntesis", dice Pere Munné, de la Unidad de Toxicología Clínica del hospital Clínic de Barcelona. "Y tenemos que estar preparados". Munné distingue entre las drogas ilegales más extendidas (hachís, cocaína) y las de síntesis, que cambian rápidamente. "El número de urgencias hospitalarias por intoxicación aguda de drogas aumenta [las hospitalizaciones han subido un 56% en cinco años, según los últimos datos], pero sobre todo cambia su distribución", afirma.
El hachís, que es la sustancia ilegal más consumida, causa todavía pocas atenciones en urgencias, pero esta tendencia puede aumentar, dice Munné. "La planta, porque la han modificado o la seleccionan así, cada vez tiene mayores concentraciones de THC", advierte. Por eso empiezan a verse más ataques de ansiedad, palpitaciones o, incluso, cuadros psicóticos producidos por su consumo. Pero donde Munné ve más complicaciones es en las drogas de síntesis. "Empezaron con el éxtasis, pero cambian por zonas, por modas". Por eso el mensaje fundamental es "prepararse" ante nuevas sustancias, como la ketamina, el nitrito de amilo (poppers, que puede producir cianosis por falta de oxigenación) o el GHB, señala entre las más recientes.
Otro tema en el que los médicos de urgencias deben extremar su atención es en la detección de malos tratos a mujeres o a niños. Los servicios son muchas veces los que deben dar la primera alarma, y los profesionales deben estar preparados para ello, concluyó el congreso.
En la reunión también se discutió otro asunto: la dispensación de la píldora poscoital. El vicepresidente de la sociedad, Tomás Toranzo, considera que debe haber otros servicios para dispensarlas. Pero en la mesa que hubo el viernes se concluyó que es un tratamiento que debe facilitarse en los servicios de urgencias.
"Es un tratamiento urgente que hay que dar antes de las 72 primeras horas, y que será más eficaz cuanto antes se tome, lo que no quiere decir que sea la prestación típica de un servicio de urgencias hospitalario", señaló la organización en una nota al final de la reunión. "Mientras no sea de libre dispensación hay que facilitarla al usuario en todos los servicios de urgencias", dijo María Ángeles Leciñena, del hospital Can Misses de Ibiza.
La necesidad de una especialización fue una constante en el congreso. Actualmente, unos 6.000 médicos trabajan en los servicios de urgencias y emergencias, según el vicepresidente de la sociedad, Tomás Toranzo. Estos crecientes requerimientos justifican que se cree esa especialidad, manifestó Toranzo.
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