Luis estudia a Rijkaard

Ruedan y cambian los 23 jugadores en los entrenamientos y en los amistosos, y a día de hoy no hay todavía una alineación fiable de España por la que apostar para el partido contra Ucrania. Luis Aragonés va tocando y probando, y los jugadores reiteran que el seleccionador no les ha cantado el equipo que debutará el miércoles en Leipzig. El nudo del asunto está en la línea de medios, en un debate que remite necesariamente al Barcelona como muchas de las cosas que vienen ocurriendo en la selección desde que Luis apostó por un 4-3-3 con o sin variantes tácticas.

Rijkaard ha jugado a veces con Iniesta de medio centro y en otras, como en la final de la Copa de Europa, ha dispuesto de salida a Edmilson, Van Bommel y Deco como centrocampistas titulares. Unos y otros mezclan o se alternan, incluso en un mismo encuentro, sin que nadie discuta que el Barça es un equipo pelotero. Tampoco hay un lateral derecho fijo, porque igual juega Oleguer que Belletti, y el jugador de banda derecha puede ser Giuly, Larsson o Messi. El seleccionador le está dando vueltas prácticamente a las mismas demarcaciones que Rijkaard.

La consigna es evitar la sensación de que hay dos equipos distintos que conviven en uno

Luis intenta precisamente que Albelda, Xabi Alonso, Xavi, Senna y Cesc puedan combinar y funcionar sin que sea un conflicto por tratarse de futbolistas diferentes para unos mismos puestos. La consigna es evitar la sensación de que hay dos equipos distintos que conviven en uno sino que los futbolistas son complementarios e indispensables incluso en un mismo partido porque puede haber dos planes para un mismo fin.

El seleccionador ha dado bola a todos los jugadores a excepción de Marchena, que no ha jugado ni un minuto en los cuatro amistosos jugados, y a Juanito, que se ha quedado en un cuarto de hora. Los dos son centrales, aunque el valenciano puede ejercer de volante de cierre, y sin embargo Luis ha preferido a Pablo y Puyol. El azulgrana se inició como lateral para pasar al centro de la zaga en su club y en la selección, circunstancia que ahora ha provocado el desplazamiento de Sergio Ramos al lateral.

"Cada vez me siento mucho mejor como lateral", argumenta Ramos. "Voy recuperando conceptos que tenía un poco olvidados. Hay que trabajar en los entrenamientos, corregir los errores y defectos, para evitar que se produzcan en la competición". "Incluso diría que me siento más a gusto en algunas ocasiones porque tengo libertad a la hora de subir al ataque. Un lateral tiene más llegada y opciones de gol", prosigue. "Tienes que saber dosificarte, porque se trata de defender, atacar y centrar. El trabajo de central es aparentemente más sencillo porque se trata de marcar al rival y evitar fallos". Ramos, por lo demás, es un buen cabeceador, y el equipo agradece su presencia en las dos áreas, como se comprobó ante Croacia.

Puyol se ha ganado la plaza de central no sólo por su despliegue físico, que le permite corregir desajustes tácticos y errores individuales o colectivos, sino por su determinación para tirar la línea del fuera de juego con relativa frecuencia como ocurre también justamente en el Barcelona.