El candidato a palos

Se vía venir. Tanto pensárselo, tanto poner condiciones para aspirar a la alcaldía de Marbella, le iban a ocasionar a Paulino Plata más de un disgusto. El más inmediato ha sido el cartel que le ha colgado el PP de "candidato a palos". Ha tenido el honor el consejero de Turismo de que se lo adjudique el secretario general de los populares, Ángel Acebes. A tenor de como están reaccionando en este partido, se observa claramente que les incomoda que alguien con ciertas posibilidades les dispute una alcaldía que creen tener en el bolsillo desde hace tiempo.

De ahí que hayan comenzado ya las beligerancias. A Plata no le van a dejar ni un minuto libre. Saben que a poco que consiga cierto margen, puede concitar apoyos más allá de la órbita estrictamente socialista. En definitiva, son conscientes en el PP de que es el peor contrincante que podrían tener, por lo que ha comenzado la cacería, una ofensiva que le afectará a él y a la estabilidad de la gestora que se ha hecho cargo del Ayuntamiento marbellí.

Por tanto, el consejero debe amarrarse bien los machos y prepararse para lo que va a ser una dura pelea. Es lógico que reclame a los suyos un mínimo de garantías. Exigir que la piscina esté medio llena, pero el resto tendrá que hacerlo él mismo. Y si ahora está revestido de un tono conciliador, propiciado por su labor en el ámbito turístico, también es capaz de ofrecer una vertiente dura y peleona. Sólo basta rescatar su foto en la plaza de España, en Sevilla, frente a la Delegación de Gobierno en Andalucía, en lo alto de un tractor, durante el conflicto del algodón, para darnos cuenta de que estamos ante un duro hueso de roer y que, una vez que se decida a entrar en esa batalla electoral, va a vender muy cara su piel.

Claro que si el PP se inclina por considerar a Plata como un "candidato a palos" qué habría que decir de Soledad Becerril, si es que finalmente encabeza la lista para la alcaldía de Sevilla. Su resistencia a asumir de nuevo este reto la hacen merecedora, de igual forma, de tal calificativo si resulta ser la escogida. Y si por defecto, al final, no tienen más remedio que optar por Jaime Raynaud, el actual portavoz, otro tanto de lo mismo.

Sería otro candidato forzado por las circunstancias ante la hipotética negativa de Becerril. Pero ya puestos en esta tesitura, qué habría que decir del caso de Javier Arenas, quien no tendrá más remedio que vérselas con Manuel Chaves en las próximas autonómicas tras ser desalojado de La Moncloa por los electores.

Su regreso a la política andaluza ha sido absolutamente obligado por ese fracaso. Era la única opción que le quedaba dado que ni siquiera le dejaron un espacio propio destacado en la dirección nacional de su partido. O sea que candidato a palos parece que hay más de uno por ahí.