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Reportaje:

El 'todo en uno' llega al teléfono

La estrategia de las grandes compañías se centra en las ofertas integradas de servicios

Ramón Muñoz

La teoría de la unificación se ha instalado en el mundo de las telecomunicaciones. Telefonía fija, móvil e Internet, y ahora también televisión, en un mismo paquete y, a ser posible, en una misma factura. Incluso Vodafone, el mayor operador móvil del mundo, ha tenido que anunciar su incursión en Internet para contentar a sus accionistas. Las nuevas tecnologías (voz sobre IP, wi fi) y una regulación asfixiante siguen lastrando la recuperación de las operadoras.

En el hogar o en el trabajo, las llamadas se realizan a través de Internet por la red IP, completamente gratis y de forma ilimitada
Los reguladores nacionales se muestran muy renuentes a aprobar los paquetes integrados que ofrecen los antiguos monopolios

Hace unos años hubiera supuesto una herejía. Vodafone, que encabezó el fundamentalismo de "el futuro es móvil", va a centrar su estrategia futura de nuevos servicios en su oferta de de servicio Mobil Plus (más allá del móvil). La multinacional británica quiere trasladar al móvil la demanda de banda ancha a través de la nueva tecnología HSDPA (High Speed Downlink Packet Access), para hacer frente a las propuestas integradas de sus grandes rivales, como Telefónica o France Télécom.

La otra gran apuesta de Vodafone y del resto de operadores móviles es propiciar la sustitución de los teléfonos fijos por los celulares. La certeza de que en unos años nadie pagará por hacer una llamada desde una línea tradicional se ha hecho dogma en el sector, así como que cobrar por la voz sólo tendrá sentido en movilidad.

El problema de esa sustitución son las todavía elevadas tarifas del móvil en comparación con el fijo. Las operadoras celulares han comenzado a solventar esta situación mediante una reducción de las tarifas más caras, las de roaming o itinerancia internacional, las que se realizan cuando se sale al extranjero.

Rebaja de tarifas

Vodafone ha anunciado la rebaja progresiva del coste medio de estas llamadas, de forma que en abril de 2007 las llamadas que realicen sus clientes fuera de sus países de origen cuesten un 40% menos respecto a las tarifas del verano de 2005.

Movistar, la marca de Telefónica Móviles, y O2, del grupo Telefónica, ha contrarrestado con planes de tarifas cuyo objetivo último es eliminar el cargo por las llamadas recibidas en el extranjero. Por su parte, Amena también lanza sus nuevos bonos para tarifas roaming que ofrecen descuentos de un 25% como mínimo para todas las llamadas realizadas por sus clientes desde cualquiera de los 25 países de la Unión Europea.

Dentro de ese mismo proceso de convergencia, Vodafone en España ha comenzado a comercializar un servicio por el que las empresas pueden conservar su número fijo o contar con uno de Vodafone y utilizarlo a través de la línea móvil, con tarifas de telefonía tradicional. Además, la compañía completará sus propuestas fijo móvil con reventa de servicios ADSL, para lo que hará uso de su licencia de telefonía fija.

Y France Télécom (FT) ha decidido consagrar a la unificación no sólo su estrategia sino incluso su imagen. A partir de esta semana, todos los clientes de la multinacional francesa -a ex excepción de los de telefonía fija en Francia- pasarán a serlo de Orange, hasta ahora su marca de de telefonía móvil comprado por FT al británico Vodafone en 2000. La desaparición de Equant (servicios para empresas), MaLigne TV (televisión por Internet) y, sobre todo, de Wanadoo (Internet), en cuya imagen de marca se invirtieron cientos de millones es todo un símbolo de los nuevos tiempos.

En España, el cambio para los 10,5 millones de clientes de telefonía móvil de Amena y los 1,5 millones de usuarios de telefonía fija y acceso a Internet de Wanadoo será a partir de septiembre.

El otro símbolo de esa convergencia es Unik, el nuevo centro de la estrategia comercial presentado la pasada semana por el presidente de FT, Didier Lombard. Unik es "el teléfono dos en uno", que funciona como un móvil cuando se está en la calle y se convierte en un fijo cuando se llega a casa o a la oficina gracias a una conexión automáticamente por wi fi al livebox (el aparato que permite acceso de banda ancha a Internet por vía inalámbrica). En el hogar o en el trabajo, las llamadas se realizan a través de Internet por la red IP, completamente gratis y de forma ilimitada.

Deutsche Telekom ha confiado toda su oferta futura de servicios a su nueva red de banda ancha de muy alta velocidad (VDSL) que soporta televisión de alta definición y todo tipo de descargas gracias a una velocidad de hasta 50 Mb por segundo.

Telefónica lucha contra todos ellos por convertirse en el primer operador integrado del mundo. Hace dos semanas anunció que tiene previsto incrementar en cuatro años su base de clientes un 41%, hasta 255 millones de accesos, gracias a la captación de 87 millones de nuevos usuarios de telefonía móvil. Su oferta de paquetes integrados como Dúos y Tríos, hará crecer las líneas de banda ancha de 7 a 16 millones, mientras que su oferta de televisión de pago (Imagenio) alcanzará los cuatro millones de usuarios en 2009.

Sobre ese fértil terreno de la integración de servicios pesan varias amenazas. Paradójicamente, la primera es la tecnológica. La aparición de innovaciones como el wi fi (acceso inalámbrico a redes) o la voz sobre IP (protocolo de Internet), susceptibles de proveer servicios casi gratuitos dificultan los planes futuros. De hecho, France Telecom acaba de revisar a la baja sus previsiones de ingresos por el posible impacto del negocio de la voz sobre IP.

La segunda, y no menos, peligrosa sombra que planea sobre la integración de servicios es la regulación. De la mano de la Comisión Europea, los reguladores nacionales como la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones se están mostrando muy renuentes a aprobar los paquetes integrados que ofrecen los antiguos monopolios (ahora llamados incumbentes).

La doctrina de la Comisión es que la obligatoriedad de abrir las redes a los operadores alternativos, ofreciéndoles un margen garantizado, desincentiva las inversiones y las nuevas ofertas de los incumbentes.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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