Senderowicz lamenta la muerte de Débora Catalán en el último día del juicio

Menos de cinco minutos. Ése es el tiempo que empleó el cirujano Gerardo Raúl Senderowicz Hendler -acusado junto con la médica Victoria Bonné de la muerte de la paciente Débora Catalán el 25 de enero de 2002- en solicitar que se haga justicia con su caso y en lamentar ante la familia de la fallecida lo ocurrido. "Desde que ocurrió esto, no he podido volver a ejercer porque no me siento en condiciones", señaló el acusado.

La última sesión del juicio fue de las más largas de las cinco celebradas. Las partes hicieron un repaso pormenorizado del caso para pedir, en unos casos, que el cirujano de origen argentino sea culpado de un delito de homicidio por imprudencia. Esto supone cuatro años de cárcel, seis años de inhabilitación y una indemnización de 300.000 euros.

Las defensas, pidieron las exculpaciones de los acusados. Según su versión, no ha quedado acreditado en el juicio que Senderowicz y Bonné tuvieran una relación directa en la muerte de Débora Catalán, bisnieta del pensador Ramón Menéndez Pidal.

La sorpresa previa al cierre del juicio llegó cuando la titular del Juzgado de lo Penal número 21, Mercedes Gutiérrez Suárez, preguntó si los dos acusados querían hablar. La primera en ponerse ante el micrófono fue Bonné. Su intervención no duró ni 15 segundos. "Soy totalmente inocente. Intenté salvar la vida a Débora. Soy inocente", se limitó a decir antes de echarse a llorar.

Consolar a los familiares

Tomó el relevó Senderowicz. Explicó que quería leer un folio escrito para no improvisar. Y empezó con un mea culpa: "Lamento los hechos y lo que ha sucedido. Los médicos estamos para ayudar y no para dañar a nadie. Es durísimo". Después comentó una anécdota que le dijo su padre, también médico de profesión. Los médicos, antes de diagnosticar y de curar, deben consolar. "Lamento muchísimo no haber podido hacerlo [el consolar a la familia], pero la presión mediática en los días posteriores a la muerte de Débora me lo impidieron", comentó girándose hacia los hermanos de la fallecida.

Después se dirigió a la jueza y le pidió que fuera justa a la hora de emitir su veredicto. "Está en juego mi honor y el de mi familia. Espero que me juzgue sólo por el acto médico en sí. Además, le agradezco la actitud que ha mantenido durante todo el juicio hacia nosotros", concluyó.

La fiscal del caso hizo en la apertura de la sesión un relato pormenorizado de lo escuchado en las cuatro sesiones previas del juicio. Concluyó que Senderowicz cometió una grave irresponsabilidad al operar a Catalán sin contar con las mínimas condiciones necesarias. Además, tampoco conocía la composición exacta del anestésico que usó.

Tampoco tenía disponibles los aparatos médicos necesarios para reanimarla. Por ello, al igual que la acusación particular y la acción popular, pidió su condena e ingreso en prisión. La abogada de Senderowicz, Carmen Ranera, pidió su absolución.