París descubre a la nueva Hingis

El reencuentro con la central de París resultó menos emotivo de lo esperado. La propia Martina Hingis, ausente de Roland Garros desde 2001, se sorprendió por la tranquilidad con la que afrontó uno de los momentos más esperados de la temporada. Roland Garros es el único de los cuatro grandes torneos que no figura en su palmarés. Y cuando ayer eliminó a la estadounidense Lisa Raymond por un doble 6-2 en 54 minutos, la tenista suiza abrió un camino que puede llevarla a la culminación de su último sueño: ganar en París.

"Queda muy lejos, muy lejos", respondió. Lo dijo con humildad, convencida de que, a pesar de haber ganado el torneo de Roma hace un par de semanas y de ser ya la 14ª del mundo, le queda mucho camino por recorrer. "Tengo más confianza en mí misma, pero hay muchas cosas que tenía hace seis años y que ahora debo recuperar. Sólo hace seis meses que he vuelto al circuito".

Los recuerdos debieron acumularse en su cabeza al pisar la pista Philipe Chatrier. De allí Hingis salió llorando, abrazada por su madre Melanie, en 1999, tras ver cómo su arrogancia e insolencia le habían impedido superar en la final a una Steffi Graf a la que en los prolegómonos había calificado de "vieja y caducada". Entonces tenía 19 años, era la reina del tenis mundial y su orgullo sufrió un golpe casi tan duro como el de las lesiones en los tobillos que acabaron obligándola a abandonar el tenis a finales de 2002.

Hingis había perdido la primera final que disputó en París, en 1997, contra la sorprendente croata Iva Majoli. Y parecía en el camino perfecto para batir a Graf en su segundo intento, en 1999. Dominaba el partido por 6-4, y 2-0 cuando una bola profunda en el cuadrante izquierdo de la alemana le fue cantada mala. Su actitud fue insolente. Atravesó la red y fue a marcar la bola, lo que le costó una segunda amonestación -la primera fue por romper una raqueta- y la pérdida de un punto. Su mentalidad se resquebrajó, pero pudo recuperarse y situarse con 5-4 y saque: estuvo a tres puntos de la victoria. Pero cuando Graf la derrotó, el mundo se le cayó encima: lloró, se fue de la pista y no quiso asistir a la entrega de trofeos. Su madre la llevó del brazo. Y el público silbó su arrogancia aquel día y los dos años siguientes en que se encalló en semifinales.

"He vuelto tras cinco años y es una historia diferente", comentó Hingis cuando le recordaron aquellos episodios. "Ya no soy una adolescente. Me siento mucho más madura como jugadora y como persona". Su orgullo ya no se refleja en su rostro, y su soberbia ha desaparecido. Ya no hay insolencia, ni falta de respeto hacia sus rivales. Y no tiene problemas en pararse a firmar autógrafos si se los piden. París vio ayer a una nueva Hingis. Lo único que mantiene intocable es la brillantez de su tenis.

RESULTADOS: HOMBRES: 1ª Ronda: Tommy Haas (Ale.)-Rainer Schuettler (GER), 6-4, 6-3 y 6-3. Albert Montañés-Robby Ginepry (EE UU), 6-3, 6-7, 6-1 y 6-4. Fernando Verdasco-Juan Ignacio Chela (Arg.), 6-1, 6-3, 6-7 y 6-4. Albert Montañés-Robby Ginepri (EE UU), 6-3, 6-7, 6-1 y 6-4. Marcos Baghdatis (Chp.)-Albert Portas, 6-4, 6-4, 6-7 y 6-1. Davide Sanguinetti (Ita.)-Daniele Bracciali (Ita.), 3-6, 7-6, 6-3 y 6-3. Óscar Hernández-Gilles Simon (Fra.), 6-4, 6-2 y 6-3. Alexander Waske (Ale.)-Fernando Vicente, 6-4, 4-6, 7-6 y 7-6. Ivan Ljubicic (Cro.)-Carlos Berlocq (Arg.), 6-2, 6-0 y 6-3. Dominik Hrbaty (Eslovaq.)-Sergio Roitman (Arg.), 6-4, 6-2, 3-6, 2-6 y 6-3. Beto Martín-Andy Roddick (EE UU), 6-4, 7-5, 1-0 y retirada. Fernando González (Chi.)-Marat Safin (Rus.), 6-3, 1-6, 6-3 y 6-1. David Ferrer- Guillermo García López, 7-5, 6-1 y 6-0.

MUJERES: Martina Hingis (Sui.)-Lisa Raymond (EE UU), 6-2 y 6-2.

Daniela Hantuchova (Eslovaq.)-Lourdes Domínguez, 6-1 y 6-4. Anna-Lena Groenefeld (Ale)-Camille Pin (Fra.) 6-1 y 6-1. Tsvetana Pironkova (Bul.)-María Sánchez Lorenzo, 6-3 y 6-2. Justine Henin-Hardenne (Bel.)-Maret Ani (Est.), 6-3 y 6-0.

Anabel Medina-Victoria Azarenka (Bie.), 0-6, 6-3 y 9-7.