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Reportaje:

Una cuestión de peso

Los medios brasileños convierten en tema de Estado los kilos de Ronaldo, que se lo toma a guasa

La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) no da datos oficiales sobre el peso de su número 9, Ronaldo, aunque someta a sus jugadores a un control diario. En la página web del jugador se indica que el delantero del Madrid, que ayer reconoció haber rechazado una oferta de 94 millones de euros por diez temporadas del Red Bulls de Nueva York -"algún día", profetizó-, alcanza los 87 kilos. Sin embargo, fuentes de su entorno rebajan el pesaje hasta los 86 y secundan la tesis del goleador: bajará hasta los 84 sin problemas antes de que comience el Mundial. "Estoy camino de mi mejor forma", dijo Ronaldo, que compareció ante los medios de comunicación entre risas y junto a Cafú, sobrado en su defensa del colega, y Zé Roberto, que habló del tiempo como superado por los acontecimientos.

"Su estructura muscular cambió por su trabajo tras su lesión de rodilla", dice el preparador físico
"¿Gordo? ¿Quién está gordo? Yo me estoy preparando para cuando llegue la hora"

Cansado de que le acusen de estar gordo, Ronaldo vive bajo el cuidado de la CBF y se toma a guasa las dudas: come lo que come el resto del equipo en un buffet que controlan los dietistas de la selección; vive bajo la ley seca de Wiggis, donde no hay una gota de alcohol; trabaja al ritmo de sus compañeros en el césped, y corre por la cinta en el gimnasio durante las mañanas en las que no hay entrenamiento para entretenerse con el ping-pong el resto de las horas muertas. Y, si no, se ríe con el equipo, algo que, dicen, ayuda, y much,o a preparar la gran cita alemana.

"Para mí, el Mundial ya ha empezado. Ustedes pueden seguir diciendo lo que quieran porque me da igual. Yo me estoy preparando para cuando llegue la hora y estoy muy tranquilo", expuso ante los reporteros. "¿Gordo? ¿Quién está gordo?", le preguntó a uno de una cadena de televisión. Entre risas, Wanderlei, orondo redactor del portal de Terra-Brasil, levantó la mano: "¡Yo estoy gordo!", gritó. Ronaldo, la cabeza rapada, sin perilla y risueño, festejó la ocurrencia.

Siete días después de iniciarse el trabajo en Suiza, bastó con ver a Ronaldo dar unas vueltas al campo de entrenamiento junto a Emersson, terminando una sesión de trabajo, para que se dispararan las habladurías, los dimes y los diretes, que supusieron una cuestión de Estado para las emisoras brasileñas que emiten a pie de campo en Wiggis.

"Sé que es difícil mantener la tensión informativa sobre la selección", razonó Ronaldo, veterano en concentraciones de este tipo, pues afronta su cuarto Mundial. "Yo digo que no hay problema y no me creéis. Lo dice Parreira [Carlos Alberto, el seleccionador] y no le creéis. Habla el doctor y no le creéis. Entonces, decir lo que os de la gana que yo me río", ironizó sin ninguna voluntad de enfrentare a los medios por un tema que, por repetido, ya no le incomoda: "Estoy supertranquilo. Me lo tomo a broma porque habláis sin conocimiento de causa".

"Está bajo control médico, como el resto de los jugadores. No hay ningún problema con Ronaldo. Físicamente, está bien. No se ha resentido de su lesión. Va mejorando y necesita un poco de tiempo", anunció solemne como casi siempre, Parreira, que reconoció en él a un futbolista de los grandes momentos. "En esta Copa del Mundo estoy seguro de que volverá a ser decisivo", concluyó.

El cuerpo médico de la CBF avala el buen estado físico de Ronaldo y Moacir Sant'Anna, el preparador físico de la selección, explica que la complexión muscular del jugador se alteró como consecuencia del trabajo desarrollado durante la fase de recuperación que siguió a la lesión de rodilla cuando jugaba en el Inter de Milán. Apartado de los terrenos de juego casi un año y medio, trabajó más en la máquina que en el campo: "Morfológicamente, su estructura muscular varió notablemente, ganando masa y, por tanto, volumen".

Tostão, el sabio, que lo escucha todo, miró, divertido, con sus ojos achinados la escena. "Le conocí a sus 17 años y era esmirriado", explicó; "claro que, aparentemente, está más gordo. Es que lo está. Pero, si juega la mitad de lo que jugó, en este torneo volverá a ser el mejor. Con permiso de Ronaldinho, por supuesto".

Carlos Alberto Parreira ayuda a Ronaldo en un ejercicio.
Carlos Alberto Parreira ayuda a Ronaldo en un ejercicio.ULY MARTÍN

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