Saura pide una victoria holgada del 'sí' para negociar "con fuerza" el despliegue del Estatuto

El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura (ICV), pidió ayer ante varias decenas de empresarios catalanes una victoria holgada del sí en el referéndum del 18 de junio para que Cataluña pueda negociar "con fuerza" el despliegue del Estatuto con el Gobierno central. En una conferencia organizada por el Círculo Financiero de La Caixa, el líder ecosocialista calculó que el texto estatutario tardará entre uno y dos años en aplicarse. Saura no reprimió sus reproches al PSOE, al afirmar que sólo Rodríguez Zapatero y María Teresa Fernández de la Vega defendieron en público la reforma.

Después de que varios empresarios catalanes pidieran el pasado viernes a Maragall que no reeditara el tripartito, Saura quiso explicar ayer en el Círculo Financiero los avances que supone el Estatuto respecto del de 1979 e hizo un llamamiento a conseguir un sí masivo en el referéndum del 18 de junio. Pero a renglón seguido añadió que es partidario de que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, convoque elecciones cuanto antes, "en agosto o septiembre, para que los comicios se celebren en octubre o noviembre". "El Parlament no debería abrir después de vacaciones", dijo.

El consejero ecosocialista, que fue presentado por el presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, pidió a los empresarios que expliquen los contenidos del nuevo Estatuto, un Estatuto que negó que se hubiera devaluado en su tramitación en las Cortes españolas y que calificó de "espléndido". Además, aseguró que el texto abre un amplio horizonte de autogobierno y supone un gran avance para Cataluña en materia de financiación, negando así cada uno de los argumentos que Esquerra Republicana se esfuerza en subrayar.

Estado de ánimo

El resultado del referéndum del 18 de junio, para Saura, determinará el estado de ánimo de Cataluña. Contrapuso "el futuro, la ilusión y la esperanza" que significaría la victoria del sí a la imagen de país "frustrado, victimista y perdedor" que traería el triunfo del no. El líder de ICV advirtió de que el voto negativo cerraría las puertas a la modernización de Cataluña, que se quedaría estancada en 1979 y por detrás de Valencia o de Andalucía en materia de autogobierno.

Saura se esforzó en justificar la necesidad de que se apruebe la reforma en las urnas e insistió ante los empresarios en la superioridad del Estatuto sobre la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas), y en el carácter "federalizante" de los capítulos de competencias y de financiación. En un mensaje a ERC, sus ex socios de Gobierno que finalmente se decantaron por el no a la reforma, el consejero afirmó: "no hay letra que justifique la devaluación de este Estatuto".

Saura lamentó los ataques del PP al Estatuto y que el debate haya desembocado en un "enfrentamiento entre nacionalismos". El Gobierno del PSOE, según Saura, nunca aclaró el modelo de país que defendía y dejó que se escuchara, desde las filas populares, que la carta autonómica constituía una "amenaza a la unidad de España y un peligro para el país". También reprochó al Ejecutivo que ningún ministro apoyara claramente el Estatuto más allá del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.

Una vez superado el referéndum, Saura apostó por la continuidad de un Gobierno tripartito, aunque sobre unas nuevas bases, rechazando así el sentir de los empresarios. Reconoció que el debate estatutario ha sido "excesivamente largo" y el tripartito ha generado "demasiados ruidos mediáticos".

Asistieron a la conferencia el consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Francesc Baltasar; el de Justicia, Josep Maria Vallés; el ex presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, y el director general de La Caixa, Isidre Fainé, entre otros.