Telefónica duplicará el dividendo hasta llegar a un euro en 2009
El grupo limitará las compras a 1.500 millones hasta 2007
Los accionistas de Telefónica están de enhorabuena. El presidente del grupo, César Alierta, anunció ayer que duplicará el dividendo en cuatro años, de los 0,5 euros por acción que se abonó en 2005 se pasará a un euro en 2009. Alierta se comprometió además a limitar las compras del grupo a un máximo de 1.500 millones hasta finales de 2007, para no perjudicar al valor de la acción, que ayer se revalorizó un 3,69%.
Los 1,6 millones de accionistas de Telefónica no tenían muchos motivos hasta ayer para estar contentos. El grupo fue uno de los cuatro únicos valores del Ibex 35 que bajó en 2005 -un 8,3%- frente a la subida media del 18,2%. En lo que iba de año, la cotización acumulaba una caída hasta ayer del 4,01%, frente a la subida del Ibex del 4,4%.
Y en esto llegó Alierta y empezó la diversión. El presidente de Telefónica aprovechó la reunión con analistas, celebrada este año en Valencia, para dar un golpe de efecto: el anuncio de que de aquí a 2009 duplicará el dividendo, que pasará de 50 céntimos que se pagaron en 2005 al euro que se abonará en 2009. Por lo pronto, en 2006, el dividendo crecerá un 20%, ya que los accionistas recibirán 0,6 euros por acción. Alierta ya recuperó el pago de dividendo en 2003, después de que Juan Villalonga, su antecesor en el cargo, lo eliminara en 1998.
El compromiso se extiende al beneficio por acción, que se duplicará desde los 50 céntimos actuales a los 91 céntimos en 2009. Además completará el programa de recompra de aciones propias del que restan 2.700 millones de euros para completar los 6.000 millones comprometidos hasta finales de 2007.
Pero Alierta también quería sacarse otra espina, la de las críticas que ha recibido su política de compras por el daño que ha causado al valor. Desde que accedió a la presidencia de la compañía, el tamaño de ésta se ha multiplicado casi por tres gracias a las adquisiciones. Baste decir que sólo las compras de las filiales hispanoamericanas de móviles de BellSouth, el ex monopolio checo Cesky Telecom y el operador británico de móviles O2 y la toma de una participación de China Netcom han supuesto un desembolso de más de 40.000 millones de euros, el 60% de la capitalización bursátil del grupo.
Esa política de adquisiciones ha tenido como contrapartida un aumento de la deuda, que se ha duplicado en el último año hasta alcanzara los 53.500. El mercado recibió mal estas adquisiciones que, casi siempre, fueron acompañadas de una rebaja de la calificación crediticia.
Para acallar esas críticas, Alierta hizo ayer un segundo anuncio aún más trascendente que el del dividendo: el grupo no gastarás más de 1.500 millones hasta finales de 2007 en nuevas compras, ni emitirá nuevas acciones para pagar adquisiciones. Este compromiso equivale en la práctica a que la compañía renuncia a cualquier gran adquisición en los próximos dos años. Alierta reconoció que la única compra que interesa hoy por hoy al grupo es Vivo, el mayor operador móvil de Brasil, cuyo capital comparte al 50% con Portugal Telecom. La operadora portuguesa puede desprenderse de esa participación, sobre la que Telefónica tiene derecho preferente, aprovechando la oferta pública de adquisición (OPA) que le ha lanzado el grupo Sonae.
Alierta señaló que el crecimiento del grupo ya no vendrá de nuevas adquisiciones, sino en la consolidación de los negocios tanto por el potencial de mercados como América Latina como de los nuevos servicios en mercados maduros como el europeo. Las previsiones son que tanto los ingresos como el beneficio operativo del grupo crezca a un ritmo anual de entre el 10% y el 14% anual entre 2005-2009.
El mercado recibió ambos anuncios con verdadera euforia. Los títulos, que a comienzo de la sesión habían arrancado planos, se dispararon a medida que llegaban noticias desde Valencia. Al final de la sesión se revalorizaron un 3,69% -la mayor subida en un día desde octubre de 2004- cerrando en 12,69 euros.
Como contrapartida, la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) rebajó ayer de "A-" a "BBB+" la calificación crediticia del grupo español de telecomunicaciones. Se trata del tercer nivel de inversión más bajo que otorga S&P y también el más bajo que haya tenido nunca Telefónica. La agencia justificó esta rebaja en respuesta a la "política de dividendos revisada y más agresiva".
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