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Columna
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El arte de la guerra

Este fin de semana el Partido Popular de la Comunidad Valenciana inicia su propia liturgia electoral con una convención regional que reúne todos los tópicos que viven los partidos: que si vendrá o no Zaplana, que si Ricardo Costa o Andrés Martínez presentarán una ponencia municipal o si los de Ripoll están más o menos representados en el comité electoral. Historias de Disney. Lo importante en esta concelebración pepera es si deciden o no entrar en guerra con el PSOE o se mantienen en las trincheras. Más claro: ¿Son gaviotas o gavilanes?

La primera arenga "gavilán" la soltó Carlos Fabra en la Junta Regional del partido, el pasado miércoles, invitando a todos "a actuar con dureza contra los ataques del PSOE". Lo que dice Fabra es que no quiere morir políticamente esperando en la trinchera al postrer ataque socialista con bayoneta calada. Ya se sabe, la mejor defensa es un buen ataque. Su posición la mantienen muchos en el PP. Dice Sun Tzu en su libro El arte de la guerra, escrito hace dos mil años, que "los que llegan primero al campo de batalla y esperan al adversario están en posición descansada. Los que llegan los últimos están agotados". A eso está Carlos Fabra y otros de los suyos. Camps, de la misma familia que Fabra, ha optado hace tiempo por las "gaviotas". Es la cara tranquila de la agresividad necesaria de Fabra.

Todo son dudas en el seno del PP y sus compañeros de viaje. La mejor táctica militar es la que frustra los complots de los enemigos, dice Thomas Cleary, en el prólogo del libro chino. ¿Cuál es la mejor estrategia para los populares? Eso es lo que deben aclarar en su convención de hoy y mañana. Lo demás son zarandajas para vender rebajas. Camps opta por evitar el conflicto y Fabra, harto de recibir bofetadas, más o menos merecidas, observa el buen resultado que le ha dado a Zaplana pasar a la ofensiva. Pues a la faena.

De entrada es muy cierto que el PSPV de Joan Ignasi Pla, atendiendo a los estrategas de Madrid y a algún ramalazo de inspiración marxista (de Groucho Marx) ha puesto en marcha lo que Sun Tzu denomina "la planificación del asedio". Pero como Isabel Escudero no sabe leer chino mandarín no tienen en cuenta que "la peor táctica es atacar una ciudad". Nunca debe atacarse al enemigo bien acuartelado con ira y con prisas. Por eso Such y Camarasa, de ganar la plaza en unas horas, ahora andan lamiéndose las heridas. ¿A cuántos enemigos han batido? ¿Quién hace el recuento de los muertos? Esa es la conclusión que Tzu dice que debe estar muy clara cuando se plantea un asedio. Pla sabrá cómo recuenta.

La "gaviota" del PP que maneja Camps pretende hasta "cambiar los corazones de las tropas contrarias" (Tzu) a base de despertar emociones en los votantes. ¿Si eres valenciano cómo vas a apoyar a un PSOE y a Pla que quieren el desastre de la Comunidad Valenciana?, debe soñar Camps como eslogan de campaña. Al fin y al cabo las emociones son una trama política de Rodríguez Zapatero que Francesc Camps sabe hacer suya. El hombre tranquilo sabe que la ciudadanía no está para broncas. Está para pagar la hipoteca. Sabe que el asedio que impone Pla y sus guerreros desgasta más a las tropas asediantes que a la ciudad sitiada. Mejor aguantar en la trinchera a que el enemigo vaya cayendo en un avance sin logística. ¿O no?

Pero la campaña electoral ya ha arrancado y los populares darán hoy el pistoletazo y el próximo fin de semana lo harán los socialistas (cosas de la contraprogramación). Y ante este panorama el eslogan es el de Sandino: "Vencer o morir", y al PSOE de Pla no le cabe otra alternativa sino utilizar todo el armamento disponible. "Timbales, tambores, banderas y estandartes se utilizan para concentrar y unificar oídos y los ojos de los soldados", dice el guerrero chino. Por eso en el PP tendrán que decidir en esta Convención si optan por la agresividad de los "gavilanes" o por vuelo tranquilo de las "gaviotas". Posiblemente opten por rearmarse y guardarse la munición para cuando el asediante se haya quedado hasta sin tambores. Cuestión harto difícil.

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(*) www.jesusmontesinos.es

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