_
_
_
_
Reportaje:

"Oliva, muérete. ¡Heil Hitler!"

El hostigamiento a una concejal socialista con una hija de origen chino en Madrid, último episodio del resurgir neonazi

Antonio Jiménez Barca

El domingo pasado, a Oliva Gómez le alertó una amiga por teléfono. Llamó para decirle que había vuelto a encontrar una pintada [la tercera en lo que va del año] en la parte de atrás de la valla del instituto, la que da al parque. Y que decía lo siguiente: "Oliva, tu hija va a seguir el camino de tu madre". La madre de Oliva está gravemente enferma. La hija es adoptada, nació en China. Y la pintada la había hecho un grupo neonazi que reside en San Fernando de Henares (Madrid), donde también vive Oliva. No es la primera vez que el nombre de esta mujer sale en este tipo de pintadas. En febrero, en el suelo de la entrada del instituto donde trabaja como profesora de Geografía, la misma banda había puesto: "Oliva, tú no frenarás el nacional socialismo. Muérete ¡Heil Hitler!". A Oliva, concejal del PSOE, acostumbrada a las amenazas verbales y a los insultos de este grupo, no le hizo especial mella. La segunda pintada, descubierta el domingo ocho de abril, fue diferente. Le aterró. Por primera vez, no era ella la única protagonista: "Oliva, tu hija amarilla va a ser la próxima".

Hace una semana, 200 'ultras' se congregaron en un pueblo de Toledo para ir a un concierto

El mismo sábado por la noche en que el grupo de San Fernando de Henares hacía esa pintada, otro grupo ultra radicado en Castellar del Vallès (Barcelona) insultaba en la calle a un inmigrante negro para después perseguirle, alcanzarle, y golpearle hasta dejarlo tendido en la acera, inconsciente y con un hueso de la cara roto; días antes, estos mismos neonazis habían apaleado a un punki "porque llevaba cresta". También en abril, los Mossos d'Esquadra arrestaban en Girona a cinco neonazis acusados de agredir a un marroquí con puños americanos; según los agentes, el objetivo de este grupo eran los inmigrantes, los homosexuales, los rojos y los deficientes mentales. En Zaragoza, un mes antes, en marzo, la policía encarcelaba a ocho skin heads por dar palizas indiscriminadamente. Una de sus víctimas, que entró en coma a consecuencia de los golpes, tardará un año en curarse.

La ONG Movimiento contra la Intolerancia asegura en un informe que presentará en julio basado en datos propios que en España se producen cerca de 4.000 agresiones al año. El presidente de esta organización, Esteban Ibarra, señala que la inmensa mayoría de estos ataques no sólo quedan impunes; es que ni siquiera se denuncian. "El caso de Oliva Gómez, como el de otro concejal de IU amenazado hace tres meses, que se atreven a ir a la policía, es elogiable, pero no es común. La mayoría de las víctimas de esta gente no acuden por miedo. No olvidemos que normalmente no van contra concejales, sino contra inmigrantes, o mendigos, en una palabra, contra quien no reúne el valor para ir a la comisaría", explica el presidente del Movimiento contra la Intolerancia. "Además", añade, "en el atestado policial, por lo general, consta que ha existido agresión, pero no se especifica si han sido neonazis o ultras, así que no se computan".

Oliva Gómez lo corrobora: "Hace un tiempo, una profesora del instituto, de nacionalidad española pero de origen guatemalteco, de rasgos aindiados, también empezó a recibir insultos y amenazas al salir de clase, ya fuera del recinto escolar. Acabó yéndose, y sin poner denuncia".

El informe más reciente de la Unidad Central de Inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía referente a estos grupos, fechado hace un año, asegura que "los actos de protesta [de organizaciones de ultraderecha] no han contado nunca con una gran participación". Pero añade: "[por contra] cada vez son más frecuentes las agresiones llevadas a cabo por grupos de apariencia o estética skin head, que con una organización mínima y grupal, y fundamentalmente los fines de semana, provocan reyertas con otros grupos, agrediendo físicamente a integrantes de colectivos antagonistas y grupos de inmigrantes, homosexuales, prostitutas, mendigos, etc.".

Esteban Ibarra coincide con la conclusión de este informe, pero discrepa en un detalle. "Ya no van vestidos como skin head, ya no se les reconoce tan fácilmente, Además, muchos de ellos son neonazis europeos, que ya no se identifican con los ultras descendientes de Blas Piñar o Fuerza Nueva. Y su bandera es la acción contra la inmigración. Creo que las instituciones han practicado una desidia en los últimos años porque a estos grupos se les ha dejado hacer, sobre todo en los campos de fútbol y alrededores, que es donde se reclutan y donde se reúnen", explica.

El inspector jefe Antonio Romero, de un grupo de la Brigada Provincial de Información de Madrid especializado en estos grupos ultras, asegura, por el contrario, que, al menos en lo que respecta a los campos de fútbol, el problema se empieza a controlar: "El número de delitos de bandas de extrema derecha, en los días de partidos de fútbol del Real Madrid o Atlético de Madrid, ha decrecido casi al 50%" explica. Romero sí que admite un fenómeno creciente: los conciertos de rock nazi, con grupos de estética ultraderechista o skin head, con canciones de letras racistas que reúnen a centenares de seguidores.

La fecha y el lugar del concierto se difunde a base de mensajes por el móvil y a veces es difícil hasta a la propia policía descubrirlos. "La semana pasada se celebró un concierto de estos en una sala de un pueblo de Toledo. Acudieron cerca de 200 neonazis llegados de muchas partes de España. Nosotros y la Guardia Civil también estuvimos, porque nos enteramos, y procedimos a identificar a los asistentes desde la puerta", explica el inspector Romero. Algunas de las letras de estas bandas musicales aluden a "ir de caza". Así denominan estos grupos al hecho de salir el sábado por la noche armados a la búsqueda de víctimas a quienes moler a palos.

El inspector Romero conoce bien el caso de Oliva Gómez. "Aquí, muchos son menores de edad, los tenemos identificados y las amenazas a esta mujer tienen que ver más con su actividad como profesora que con su militancia política. No creemos que sean muy peligrosos. Con todo, vamos a seguir vigilándolos, en cooperación con la Policía Local, evidentemente".

Un portavoz del Ayuntamiento de San Fernando de Henares, gobernado por IU, considera que el caso "es lo suficientemente importante como para que investigue la Delegación del Gobierno, ya que este grupo está conectado con otros de Madrid". El presidente de Movimiento contra la Intolerancia, que se ha puesto en contacto esta semana con la concejal del PSOE amenazada, recomienda a la policía "tomarse muy en serio las amenazas". "Se empieza así y se termina, como a principios de año ocurrió en Gijón y en Valladolid, con grupos dedicados a grabar a punta de navaja en la cara de adolescentes la cruz gamada".

Oliva, por su parte, no considera las pintadas una chiquillada que no encierre peligro. Sobre todo desde que su hija aparece en el centro de la diana.

Oliva Gómez en su casa de San Fernando de Henares.
Oliva Gómez en su casa de San Fernando de Henares.CLAUDIO ÁLVAREZ
Pintada amenazante en San Fernando de Henares: "Oliva, tu hija va a seguir el camino de tu madre".
Pintada amenazante en San Fernando de Henares: "Oliva, tu hija va a seguir el camino de tu madre".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_