"España necesita mejorar la competitividad"
Mario Armero (Madrid, 1958), abogado, preside General Electric para España y Portugal desde 2000, una compañía que ha cumplido 50 años en territorio español y que tiene previsto seguir muchos más. Con unas inversiones de más de 3.000 millones de euros en los últimos 10 años, el gigante estadounidense se ha situado en los sectores de mayor crecimiento de la economía española tras apostar de manera abierta por España frente a alternativas más baratas de otros países. A juicio de Armero, España cuenta con una gran fortaleza en talento directivo y crecimiento, pero tiene una asignatura pendiente: la mejora urgente de la competitividad para medirse con los países punteros de la UE. Como su padre (José Mario Armero), siempre ha tenido un espíritu constructivo para las relaciones entre España y Estados Unidos, y estima que no se han resentido, a pesar de los cortocircuitos entre ambos países. Preside la American Business Council, que integra a las principales empresas de origen estadounidense con presencia en España.
"Hemos invertido 3.000 millones de euros en los últimos 10 años en España, país que gana peso cada día en la organización de General Electric"
"Estoy en contra de la teoría de los campeones nacionales, ya que puede llevarnos a extremos irreales y a favorecer la ineficacia"
Pregunta. General Electric lleva 50 años en España. ¿Cree que su presencia está más que consolidada?
Respuesta. Llevamos ese tiempo y todo hace pensar que estaremos muchas más décadas. Mi misión es construir un guión sobre España y hasta ahora no sólo hemos escrito un guión, sino que hemos ejecutado los planes de inversión. Por ello, hemos pasado en cuatro años de unas ventas de 650 millones de euros a 1.800 millones de euros. Somos un jugador local y trabajamos con talentos locales. La globalización no es sólo desarrollar el comercio mundial, sino desarrollar capacitación profesional de forma local, y, por ello, España está ganando peso dentro General Electric.
P. ¿Cuál es el montante de la inversión de General Electric en España?
R. General Electric ha invertido en los últimos 10 años unos 3.000 millones de euros en suelo español, cantidad superior a la que han hecho muchas multinacionales en China. Las inversiones han sido en sectores de alto crecimiento, como el energético, el del agua y el financiero.
P. ¿Son previsibles nuevas inversiones de gran calado en suelo español a corto plazo?
R. Estamos invirtiendo en la cuarta fase de la fábrica de plásticos de Cartagena y nuestros estudios sobre la economía española siguen siendo optimistas. Los vectores sobre España hablan de crecimiento tanto en su economía como en la población, en la demanda de hipotecas para jóvenes y en la población emigrante. Asimismo, hay que reconocer que, a pesar de fuerte crecimiento español, todavía hay un déficit de infraestructuras. Nosotros tratamos de dar respuesta a estas necesidades.
P. ¿Cómo se analiza la economía española desde EE UU?
R. Desde Estados Unidos se ve que la economía española está avanzando y que sus empresas están comprando otras grandes en Europa. Además, los directivos españoles avanzan en Europa, que hay talento y buenos profesionales en casi todos los campos y nosotros lo estamos notando.
P. ¿Ése es el guión de España que usted está escribiendo para el futuro?
R. España es el país con mayor crecimiento en la demanda energética de la Unión Europea. Además, es un país seco con una creciente necesidad de la industria del agua. El crecimiento urbano es importante y Madrid se va a convertir en una de las ciudades más punteras de Europa. El turismo seguirá siendo la primera industria nacional y las aerolíneas serán un gran soporte de ello. De ahí que nuestra empresa apuesta por los sectores de energía, agua, equipamientos hospitalarios, motores de aviación y servicios financieros como los más representativos.
P. ¿Cómo son y hacia dónde van las relaciones comerciales entre España y Estados Unidos?
R. La agenda comercial va por un lado, y la agenda política, por otro. Yo me siento una compañía española porque estoy en España. Somos 3.500 personas en 13 plantas industriales y me considero un jugador local. Nosotros somos catalanes en Cataluña y vascos en el País Vasco..., que sean los políticos los que resuelvan otros temas. En cuanto a las relaciones entre Estados Unidos y España, a mí no me han ocasionado ningún problema. Creo que los españoles aprecian la tecnología y la cultura norteamericana. No obstante, y lo tengo hablado con el presidente Rodríguez Zapatero, sería bueno que se mejorasen las relaciones políticas, aunque no hayan tenido impacto negativo en el terreno comercial.
P. Ha hablado de las ventajas y excelencias de la economía española, pero imagino que tendrá deficiencias y problemas.
R. Claro que tiene deficiencias y la más clara es que necesita de forma urgente mejorar su competitividad. No puede mantener el actual ritmo de crecimiento basado en los pilares del consumo interno y la construcción porque no es sostenible por mucho tiempo. España necesita un plan de competitividad negociado entre el Gobierno central y las 17 autonomías. Asimismo, debe ampliar la movilidad funcional y geográfica de las plantillas, mejorar la tecnología de banda ancha e incluso elevar el nivel de inglés de las nuevas generaciones que se están estancando.
P. ¿Los países del antiguo Este europeo que han entrado en la UE pueden ser competencia de España para atraer inversiones de Estados Unidos?
R. La primera oleada de deslocalizaciones de empresas ha estado basada en el bajo coste laboral y España no debe competir en ello. Habrá nuevas olas de deslocalización, y España, para no perder en ellas, debe competir en mejorar el valor añadido de las compañías y competir con Francia, Alemania, Reino Unido o Italia.
P. Como presidente del Consejo Empresarial estadounidense en España, ¿qué le cuesta más trabajo a la hora de vender España entre las empresas de Estados Unidos?
R. Lo que más cuesta -y no sólo es un concepto español, sino europeo- es la famosa teoría de los campeones locales. Yo no soy partidario de esta teoría porque me parece un error que puede llevarnos a extremos irreales y a favorecer la ineficacia. No creo en la teoría de los centros de decisión. A mí me resulta muy difícil explicar en Estados Unidos que hay que fabricar en una comunidad autónoma porque eso supone un mejor trato y que fabricar en otra puede tener otro tipo de connotaciones en el mercado.
P. Ustedes han simplificado la estructura de su empresa en Estados Unidos. ¿Lo harán también en el mercado español?
R. Hemos reducido la estructura de 11 a seis unidades para ganar en operatividad en todo el grupo. En España estamos en importantes proyectos como en el centro contra el Alzheimer en Madrid, una planta de desalación en Llobregat y una gran planta de energía solar fotovoltaica en Portugal. Somos grandes pero no arrogantes ni prepotentes, aunque hay que reconocer que el tamaño nos permite abordar proyectos importantes.
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