Gallardón rectifica y retira la zona azul de parquímetros en los cascos históricos
El alcalde renuncia a seguir extendiendo el año próximo las restricciones de estacionamiento
Después de tres meses vaticinando que los vecinos opuestos a los parquímetros acabarían convencidos de las bondades del servicio, Alberto Ruiz-Gallardón se rindió ayer a la evidencia y dio marcha atrás. El alcalde anunció que las 993 plazas azules (para visitantes) implantadas el pasado marzo en los cascos históricos de Carabanchel, Hortaleza y Fuencarral serán eliminadas a finales de esta semana; quedarán, eso sí, las 2.283 plazas verdes (para residentes), que representaban el 70% del total de plazas reguladas con parquímetros en esos barrios. Además, Ruiz-Gallardón renunciará a seguir extendiendo la red de parquímetros en un hipotético segundo mandato salvo que exista una petición expresa "y mayoritaria" de los vecinos.
"El Ayuntamiento no debe tener una posición maximalista", sentenció el alcalde durante la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de su gobierno, a la que acudió acompañado del concejal de Movilidad, Pedro Calvo. Ambos mantuvieron una reunión el pasado lunes con 11 asociaciones de vecinos opuestas a la extensión del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), y ya entonces les ofrecieron "flexibilizar" el sistema eliminando las plazas azules. Los vecinos respondieron que sólo aceptan la retirada total de los parquímetros.
"Vamos a seguir intentando convencer a los vecinos de los cascos históricos de que lo que ha sido bueno para los residentes de otros barrios también lo será para ellos", comenzó el alcalde. Pero, mientras logra o no ese objetivo, el gobierno municipal ha decidido "aplicar unilateralmente" la propuesta que hizo a las asociaciones en la reunión: "Convertir las plazas azules en blancas, es decir, sin ninguna restricción, y conservar las verdes tal y como están", explicó Ruiz-Gallardón.
La medida afecta sólo a los cascos históricos de Carabanchel Alto y Bajo, Fuencarral y Hortaleza, que suman 3.276 plazas de aparcamiento restringido (en toda la ciudad hay 166.951 plazas). No se aplicará en otros dos barrios de Fuencarral que también llevan tres meses de manifestaciones: El Pilar y La Paz. Estos dos barrios tienen bastante más plazas reguladas: 13.174 (el 25% de ellas, azules); pero no forman parte del casco histórico, y Movilidad alega que sus necesidades son distintas.
De las 3.276 plazas de los cascos históricos, 2.283 (el 70%) son verdes, para residentes. Ésas se quedan como están. Las que desaparecen son las 993 plazas azules -467 en Carabanchel, 336 en Fuencarral y 190 en Hortaleza-, hasta ahora reservadas a visitantes. "Lo que argumentaban las asociaciones de vecinos para oponerse al SER es que en estos barrios no hay problema de aparcamiento durante el día, y que por tanto no es necesaria la rotación de los visitantes. Si eso es cierto, al aplicar esta nueva fórmula [eliminar las plazas azules] la reclamación de los vecinos decae. Mantenemos el derecho preferente de los residentes al reservarles una serie de plazas, pero los visitantes podrán aparcar sin restricción", señaló Ruiz-Gallardón.
"No fue un error"
El alcalde afirmó que la "nueva fórmula" es "la mejor para los vecinos de estos cascos históricos" y muestra "la flexibilidad del sistema". Preguntado por si eso significa que extender los parquímetros a distritos periféricos con los mismos parámetros que funcionan en los distritos céntricos había sido un error, contestó: "No fue un error. Pero lo que ahora hacemos mejora lo que hicimos. No quiere decir que hasta ahora nos hayamos equivocado, sino que perfeccionamos el sistema".
El afán de perfeccionar termina en los cascos de la periferia, cuya "singularidad" admitió por primera vez ayer el alcalde. "En el resto de la ciudad los conductores no residentes sí tienen un problema cierto para aparcar. La medida que aprobamos hoy no es extensible", advirtió.
Ruiz-Gallardón y el concejal Pedro Calvo han manifestado en varias ocasiones su intención de extender la red de parquímetros a "toda la ciudad" en un hipotético segundo mandato, empezando por los cascos históricos de Vicálvaro, Barajas y Puente de Vallecas. Ayer, sin embargo, el alcalde pisó el freno.
"¿Sigue pensando en ampliar el SER?", se le preguntó. Y él respondió: "Pues mire, nosotros estamos convencidos de la bondad de este sistema. Es obvio que algunos vecinos no están conformes. No voy a entrar a valorar qué grado de representatividad tienen esas asociaciones, y lo cierto es que las plazas afectadas no representan ni el 5% del total de la ampliación. Pero es obvio que no están conformes. Yo no pierdo la esperanza de que esos vecinos acaben convencidos de las ventajas del SER. Dicho esto, cualquier ampliación en el futuro se hará desde un proceso de solicitud de los residentes. Si, mayoritariamente, los vecinos de un barrio que no tenga parquímetros nos los piden, lo estudiaríamos. A día de hoy no lo tenemos previsto".
Según el gobierno municipal, la modificación decidida ayer no afecta a los contratos firmados con las empresas que gestionan desde marzo la zona ampliada del SER (a cambio de unos 49 millones anuales). "A las empresas se les ha adjudicado un número determinado de plazas, pero distribuidas en bloques: azules, verdes y blancas. Estas últimas son gratis, pero los vigilantes del SER controlan que nadie aparque ahí en doble fila, por ejemplo, o que no se ocupen las plazas de discapacitados. Pues bien, el contrato contempla que los bloques puedan variar, transformándose plazas verdes en azules, o azules en blancas, etcétera. Eso es lo que sucede ahora: 993 plazas azules pasan a blancas. No hay que cambiar los contratos", aseguró Javier Conde, director general de Movilidad.
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