España quiere que sus soldados no disparen a presos huidos en Afganistán
El Gobierno pide permiso al Congreso para enviar tropas a Kinshasha
El jefe de Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz, consideró ayer "razonable" que las tropas españolas tengan orden de "no usar fuerza letal para prevenir el escape de huidos", y recordó que ésta es la única reserva que mantiene España a las reglas de enfrentamiento de la OTAN en Afgamnistán. Sanz respondió así, sin citarlo, al comandante supremo aliado en Europa, el general estadounidense James L. Jones.
Jones no participó ayer en el seminario internacional sobre Afganistán celebrado en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden). Pero sí acudió el miércoles a una cena restringida con los participantes en el seminario, incluidos los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, Miguel Ángel Moratinos y José Antonio Alonso.
En ese marco, el máximo jefe militar de la OTAN dijo que las llamadas caveats, las reservas que presentan los países y que dejan en suspenso la aplicación a sus tropas de determinada regla general, son "un impedimento para el éxito de la misión".
España retiró hace casi un año la mayoría de sus caveats, como la que impedía a los soldados actuar fuera de su zona de responsabilidad, pero mantuvo en vigor la que impide tirar a matar al prisionero que huye; una versión aliada de la histórica ley de fugas. Sanz defendió ayer esta excepción y recordó que muchos países con tropas en Afganistán comparten esta reserva.
El seminario coincidió con una de las jornadas más violentas en Afganistán, con más de un centenar de muertos, incluido un estadounidense víctima de una atentado suicida en Herat, donde hay una base hispano-italiana.
En un tono más grave de lo habitual hasta ahora, Alonso dijo que Afganistán es "un país muy inseguro", en el que existe un "riesgo indudable" y que las tropas españolas están en "alerta permanente", aunque "desarrollan sus tareas con normalidad".
Afganistán es ya la misión internacional con más soldados españoles. A los 540 efectivos autorizados hasta ahora (en la práctica eran unos 600), se ha sumado un refuerzo de 150, lo que da un tope de 690, según la resolución del pleno del Congreso. Hasta ahora, la más voluminosa era Kosovo (645 efectivos) y la menos, Bosnia-Herzegovina (485).
Afganistán también es la operación más cara (100 millones de euros anuales para el despliegue militar y 30 para reconstrucción) y la más costosa en vidas (79 muertos en los accidentes del Yak y el Cougar, más de la mitad de los 123 fallecidos en operaciones de paz y seguridad).
Pese a ello, Alonso y Moratinos reiteraron ayer que el compromiso español con este país asiático es "sólido y duradero" porque, en palabras del primero, "sin un Afganistán desarrollado y estable, todos estaremos menos seguros".
Por otra parte, el Consejo de Ministros tiene previsto pedir hoy la autorización al Congreso para participar con una compañía de Infantería de hasta 120 soldados y una decena de oficiales en la misión de apoyo de la Unión Europea a las elecciones en la República Democrática de Congo. Está previsto que la petición, que cuenta con el apoyo prácticamente unánime de los grupos, se debata la próxima semana en la Comisión de Defensa del Congreso.
Para entonces, debería estar listo el informe del equipo de reconocimiento que el Estado Mayor de la Defensa ha enviado a Kinshasa, en cuyo aeropuerto de N'Dolo estarán los españoles.
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