La subida del petróleo y el vestido mantiene la inflación en el 3,9%
La brecha de precios con la zona euro se redujo dos décimas en abril, hasta el 1,5%
La inflación sigue rayando en los peores niveles de los últimos años, al borde del 4% anual. El índice de precios de consumo (IPC) subió el 1,4% en abril, y la evolución interanual se mantiene en el 3,9%. La cotización del petróleo, la subida del vestido y el aceite y el encarecimiento de los servicios por las vacaciones de Semana Santa dieron al traste con las previsiones del Gobierno, que esperaba una moderación de los precios a partir de marzo.
El IPC sigue siendo el gran talón de Aquiles de la economía española, junto al déficit comercial. La inflación en España está muy por encima de los datos que presentan los países industrializados, lo que repercute negativamente en la competitividad de la economía y encarece las exportaciones. Sin embargo, el diferencial de inflación con la zona euro es una de las escasas buenas noticias relativas a las cifras del mes de abril: la brecha de precios con la eurozona, que ya se redujo ligeramente en marzo, siguió a la baja en abril con un recorte de dos décimas, hasta 1,5 puntos, según los datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En sólo cuatro meses, los precios acumulan una subida del 1,8%, muy cerca ya del objetivo anual del Gobierno, del 2% para el conjunto de 2006.
La inflación subyacente (que no incluye los productos energéticos ni los alimentos no elaborados, tradicionalmente más volátiles) también mantuvo su tasa anual en el 3,1%, con lo que la diferencia respecto al índice general continúa anclada en 0,8 puntos. Tasas elevadas en este indicador suelen anticipar nuevas subidas del IPC en los próximos meses, pese a que el secretario de Estado de Economía, David Vegara, insistió en que la inflación "se moderará" según las previsiones del Gobierno. Aun así, Vegara admitió que "lo hará de forma más lenta" de lo previsto.
El encarecimiento del petróleo se hizo notar en abril, especialmente en rúbricas como el transporte (cuya tasa interanual alcanza el 6,7%) e incluso la vivienda (del 7,2%), a causa del alza del gas y del gasóleo de calefacción. Pero el mal comportamiento en marzo se debe también a la subida del 9,3% en vestido y calzado, como consecuencia del final de las rebajas de invierno y del inicio de la temporada primavera-verano, y al efecto de la Semana Santa: la subida de los precios hoteleros y de los viajes organizados se reflejó en la tasa de crecimiento del sector servicios, que pasa del 3,7% al 4,1% interanual.
Bajan los alimentos
Como contrapartida, moderaron su crecimiento anual los precios de la alimentación elaborada (del 4,5% al 3,5%), de la alimentación (del 3,3% al 2,1), además de los bienes industriales no energéticos (del 1,5% al 1,4%), más sometidos a la competencia internacional.
Frente a las perspectivas optimistas del Ejecutivo para los próximos meses, el PP advirtió ayer de que la economía española ha experimentado un "retroceso" de 10 años en materia de inflación, y calificó la evolución de los precios como "un problema estructural" y "de difícil solución", con tasas de crecimiento "nunca vistas desde 1995".
Tanto las cámaras de comercio como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) reaccionaron ayer al dato de inflación con un mensaje de atención a la debilidad competitiva que supone la elevada inflación. Las cámaras se alinearon con las expectativas del Gobierno y prevén "una mayor contención del IPC" para los próximos meses, siempre que no haya mayores incrementos en la cotización del petróleo. Los precios del crudo, son, para la CEOE, "la raíz del problema" de la inflación española, además de "un factor exógeno" que anula toda posibilidad de control por parte del Ejecutivo.
Los sindicatos UGT y CC OO coincidieron en la "preocupación" por la subida de precios. La UGT criticó la "cultura de inflación que se ha instalado en buena parte de las empresas en sectores clave, fundamentalmente en los servicios". Comisiones Obreras instó al Gobierno a diseñar un plan de choque para controlar la inflación, sobre todo en los productos básicos, y calificó la tasa actual como "un impuesto indirecto regresivo", que afecta negativamente al poder de compra de los trabajadores y de los pensionistas.
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