El Athletic respira tras nueve meses
Un penalti da el triunfo a los bilbainos en Riazor y les mantiene en Primera
Nueve meses cargados de sufrimientos y malos presagios se cerraron anoche en Riazor. Al Athletic la jornada le había puesto la salvación a tiro de un empate, y Javier Clemente se lo tomó al pie de la letra. Fue necesario que el Deportivo se pusiera por delante para que el Athletic abandonase el gesto de pavor con el que apareció en el partido. La reacción visitante llegó tras el descanso, dejó al Depor en evidencia y permitió al Athletic quitarse de encima el peso de una montaña.
La primera parte diseccionó con toda crudeza las penalidades del Athletic, que se mostró exactamente como lo que era: un equipo bajo la amenaza de un cataclismo histórico, dominado por el miedo y las inseguridades, sin más ambición que aferrarse al poste tambaleante sobre el que llevaba semanas resistiendo. La jornada le había despejado el camino, y la reacción del Athletic fue acurrucarse en su campo, todos juntos para darse calor, esperando a que en 90 minutos no ocurriese nada y pudiera despertarse de la pesadilla que le ha atormentado todo el año.
DEPORTIVO 1 - ATHLETIC 2
Deportivo: Molina; Manuel Pablo (Gallardo m. 79), Coloccini, Héctor, Capdevila; Sergio, De Guzman; Arizmendi, Iago (Iván Carril m. 61), Munitis; y Tristán (Xisco m. 65).
Athletic: Lafuente; Lacruz, Prieto, Ustaritz, Amorebieta (Etxeberria m. 46); Murillo, Orbaiz; Iraola, Yeste (Llorente m. 89), Casas; y Urzaiz (Tiko m. 75).
Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Héctor, Capdevila y Sergio.
1-0. M. 17. Potente zurdazo de Tristán desde el borde del área que Lafuente despeja y el rechace lo convierte Arizmendi. 1-1. M. 68. Casas, solo, cabecea desde el área pequeña un saque de esquina de Yeste. 1-2. M. 87. Orbaiz, de penalti.
Unos 18.000 espectadores en Riazor.
Enfrente el Athletic no tenía precisamente al equipo con más ideas y recursos para perforar una muralla. Pero el Depor, que no se jugaba la vida, a lo sumo la Intertoto o una remota posibilidad de entrar en la UEFA, se lo tomó con tanto interés y algo más de osadía que los de Clemente. Y aunque su juego no se movió mucho del tono mustio que le caracteriza, Tristán ofreció una de esas evocaciones fugaces de sus grandes días que aún le sale de tarde en tarde. Recogió un rebote a media altura al borde del área y con un zurdazo formidable lo convirtió en un disparo raso y seco, repelido con muchos apuros por Lafuente y finalmente rematado por Arizmendi.
Aún faltaba media hora para el descanso, pero el Athletic no se dio por enterado. Si no se desangró en esos momentos fue porque el Depor, tras el zarpazo de Tristán, volvió a adentrarse en esa zona gris e impenetrable en la que se ha movido en Riazor durante casi toda la temporada. El Athletic necesitó la arenga de Clemente en el intermedio y la salida al campo de Etxeberria para percatarse de que el Depor no era un rival que requiriese de tantas precauciones. Bastó que los visitantes acelerasen un poco el ritmo y mostrasen al fin la actitud resuelta que exigía la situación para que el Depor quedase a la intemperie. El cuadro de Caparrós regaló el empate al consentir que Casas rematase solo un córner desde el área pequeña. Para el Athletic todo resultó entonces mucho más sencillo de lo que le había hecho creer sus propios miedos. Y hasta acabó llevándose el partido con un penalti en el tramo final que sonó como un gran respiro de alivio tras nueve meses de condena.
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