La reserva mitiga otros excesos

Terra Mítica se diseñó para recibir un millón de visitantes al año, pero no ha pasado de 400.000 por ejercicio. El exceso en las dimensiones del parque caracterizó también las obras de construcción. La inversión inicial para levantar el complejo de ocio, fijada en torno a 45.000 millones de pesetas (27 millones de euros), se desbocó. La empresa acudió a un crédito sindicado de 111 millones de euros para afrontar los costes de construcción.

Terra Mítica se levantaba, bajo dirección de Miguel Navarro, en un rincón del terreno de 10 millones de metros cuadrados que expropió la Generalitat, bajo presidencia de Eduardo Zaplana, en paralelo a zoológicos, complejos deportivos, hoteles y campos de golf.

La empresa concesionaria de la autopista A-7, entonces Aumar, se implicó en el capital de la empresa promotora del parque y asumió la construcción de un acceso específico al complejo.

Pero el movimiento de tierras previo a la apertura del parque nunca tuvo reflejo en la afluencia de visitantes. Terra Mítica tampoco tuvo nunca una dirección profesional, más allá de un contrato de servicios con Paramount Parks que se rompió antes de fecha por falta de resultados.

El acuerdo con los acreedores de Terra Mítica, que exige la renuncia a la mitad de sus pretensiones, convierte a la Generalitat, Bancaja y CAM en titulares de más del 70% de la empresa.

Sólo el exceso que llevó a definir una reserva de suelo para una eventual ampliación que duplicaría la superficie del complejo de ocio ha permitido a la empresa salvar la quiebra. Con permiso del Ayuntamiento de Benidorm.