"Ahora tenemos que ganar todo"
López Caro vuelve a alabar a sus jugadores y valora el triunfo en una situación difícil
"Ni la victoria del Real Madrid, ni su pobre juego, ni el derroche final de Osasuna fueron temas principales ayer en el Reyno de Navarra. La afición navarra fue la protagonista de buena parte de las declaraciones, todas ellas muy favorables y respetuosas, a pesar del lanzamiento de objetos o los insultos repetidos hasta la saciedad. Iker Casillas, que paró un penalti y fue expulsado, resultó el futbolista más inteligente a la hora de ganarse a la parroquia, exaltada ante la visita de los blancos. El guardameta, que jugó durante la primera mitad en la portería de Graderío Sur, la más caliente y conflictiva, supo ganarse la complicidad de los asistentes desde el calentamiento. Los balones que iban a la grada no le eran devueltos, así que dialogó con ellos y logró que un chaval le devolviese el cuero cada vez que salía del césped. La respuesta al buen gesto fue inmediata: regalarle la sudadera, lo que templó los ánimos de casi todos.
"El Sadar no es un campo difícil y posee uno de los mejores ambientes de España. No percibo hostilidad y lo digo de corazón", explicó. "Todo lo que se ha generado esta semana ha sido alimentado por la prensa. Sin la entrada de Roberto Carlos [en referencia a la lesión de Valdo en el Bernabéu] no hubiese pasado nada. La gente estaba molesta con él, no creo que estuviese contra nosotros", alegó. Respecto a su segunda cartulina, que le costó la expulsión, el meta fue tajante: "Me equivoqué al protestar y llevarme la primera tarjeta. En la segunda no, porque si no hubiese golpeado el balón, iban a sacar muy rápido de banda y nos podría haber costado un gol".
Baptista, el más destacado en las filas blancas, vio el partido por su cara más alegre. "Creo que he recuperado mi nivel anterior y me siento mejor. Vuelvo a ser como antes, como el futbolista al que ficharon del Sevilla", aseveró el delantero, que sufrió un fuerte golpe en el tobillo en una entrada que le puede costar unos días de baja si se confirma el esguince.
López Caro compareció en el Reyno de Navarra con el ademán impasible habitual y las alabanzas semanales que vierte sobre la actitud de sus hombres. "Los jugadores han conseguido la victoria gracias a su dignidad. La victoria, en nuestra situación, vale muchísimo y así lo valoramos desde dentro del club. Yo destacaría la actuación de los futbolistas y su responsabilidad, que nos han dado tres puntos", explicó. "A mis jugadores nunca les ha faltado actitud, siempre han respondido, pero nos encontramos a rivales muy duros y difíciles de batir", añadió.
Además, la victoria le aporta otro balón de oxígeno dentro de su precaria situación, a pesar del mal juego desplegado durante los 90 minutos y la inferioridad demostrada. "La justicia en el fútbol no existe, depende del premio que se obtiene. A veces se juega muy bien y no se consigue nada y a la inversa", aseguró. Para López Caro las posibilidades de lograr la segunda plaza en la Liga son muy grandes, por lo que hizo un llamamiento al orden y a la entrega continua. "Éste ha sido un pasito más dentro de las cuatro finales que nos restaba. Ahora, estamos centrados en el miércoles y en las otras dos jornadas. Tenemos que ganar todo para que valga", incidió.
Pero si la mesura fue la actitud del técnico respecto a sus pupilos y no quiso entrar a valorar la expulsión de Casillas, López Caro se deshizo en elogios hacia Osasuna y su entorno. El andaluz no vio aceiteras volando, ni botellas sobre el césped ni escuchó los insultos continuos a Roberto Carlos o Guti. "Ojalá todos los campos tuviesen esta afición. Les doy mi máxima felicitación, ya que no ha habido problemas ni incidentes, sino que se ha creado un ambiente muy especial lleno de entusiasmo y pasión", dijo. Por último, reconoció que los navarros habían practicado un juego "muy directo y de presión asfixiante", lo que limitó sus capacidades de juego. "Hay que saber quién es el adversario y su forma de jugar para decidir. Al final, en estos choques tan disputados, gana el que menos errores comete", concluyó.
Su homólogo, Javier Aguirre, mantuvo un discurso casi idéntico: loas a la actitud de sus jugadores, a la superioridad exhibida y un panegírico de la parroquia osasunista y de sus futbolistas.
La aceitera, en el acta
El árbitro del partido, Arturo Daudén, reflejó en el acta el lanzamiento de objetos al terreno de juego durante el partido.
En concreto, señaló: "En el minuto 51, tras la consecución del gol por parte del Real Madrid, fueron arrojadas varias botellas de plástico semillenas de líquido, así como una aceitera de metal de unos 15 centímetros, sin que ninguno de ellos haya impactado sobre el equipo arbitral ni ninguno de los jugadores participantes".
En el 70, Daudén añadió en el acta que se repitieron los lanzamientos "de otras botellas semillenas de líquido y también trozos de pan sobre el terreno".
Y concluyó: "Igualmente, cuando un jugador del Real Madrid [en referencia específica a Beckham] se disponía a realizar un saque de esquina fueron arrojadas varias botellas de plástico conteniendo líquido así como algunos trozos de bocadillo".
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