Pedrosa, del podio al suelo

Enrabietado por la precaria sesión de calificación que le relegó hasta la sexta línea de la parrilla, Dani Pedrosa confirmó ayer en el Istanbul Park lo que desprende desde que esta temporada debutó en Jerez alzado en una MotoGP: sólo la escasez de experiencia le aparta del triunfo en la máxima categoría. Lo mismo le ocurre al australiano Casey Stoner, también novato y veinteañero como el catalán, que ayer vio cómo el italiano Marco Melandri le arrebataba una victoria que Stoner masticaba a medio giro para el final. A pesar de contar sólo con 23 años, el piloto de Ravenna, con tres triunfos en la categoría, las ha visto ya de todos los colores y, a diferencia de los bisoños, es gato viejo en un deporte que, sólo en contadas ocasiones, permite la aparición en la foto de los triunfadores de algún que otro novel forastero.

La lluvia que en la sesión del sábado arruinó las opciones de algunos colocó al australiano Chris Vermeulen abriendo la parrilla. El agua desapareció en la carrera, y Vermeulen, con ella a las primeras de cambio. Algo parecido le ocurrió, diez vueltas después, a Sete Gibernau, líder hasta entonces. El barcelonés siguió ayer una trayectoria inversa a la de Valentino Rossi. En el equipo del siete veces campeón del mundo no dan con la solución a los problemas de maniobrabilidad que presenta la Yamaha a día de hoy. Pocas veces ha sudado tanto Rossi para dominar su moto como ayer. Terminó cuarto y rebañó así unos puntos que, al final de la temporada, pueden resultar decisivos.

Tras él entró Toni Elías, que completó un póker de motos calzadas con neumáticos Michelin, algo que, unido al gran rendimiento de las motos con gomas Bridgestone, alertan del opuesto rendimiento de ambas marcas en función de si el asfalto está seco o mojado. También la moto de Pedrosa se sostiene sobre neumáticos de la fábrica gala.

Ayer, como siempre, fueron los neumáticos los que dictaron sentencia. Media carrera precisó el de Castellar del Vallés para colocar su Honda RC211V, en cabeza. Llegados a este punto, pues sólo veía el triunfo, Pedrosa no reparó en los riesgos. Quiso despegarse de Melandri y de su compañero de equipo, el estadounidense Nicky Hayden, siguiendo el patrón que le iba al dedillo en las categorías menores. Pero en MotoGP, la desorbitada tracción a la que se ven sometidos los neumáticos de estas máquinas de 250 caballos de potencia aumenta al unísono el índice de abrasibidad a la que se someten las cubiertas. Tras un par de aspavientos que le propinó el tren delantero se recogió Pedrosa detrás de los dos primeros, a la espera de una mejor ocasión. Pero ésta no llegó porque el neumático delantero, demasiado herido tras la remontada, cedió con la moto inclinada. "Nunca me había pasado esto. He cometido un error en la última vuelta y me he caído", se lamentó contrariado Pedrosa. "La culpa es totalmente mía porque el neumático delantero ya me había patinado un par de veces durante la carrera", asumió el corredor que, tras volver a auparse a la moto, cruzó la meta el 14º, por delante de Carlos Checa. Despreocupado de Pedrosa, Melandri estudió a Stoner como el leopardo que observa a su presa antes de darle el hachazo definitivo a falta de cuatro virajes y repetir el triunfo que ya consiguió el pasado año. Completó el podio Hayden, el nuevo líder de un campeonato que se abre más a cada carrera.

Algunos de los equipos aguardarán un día más en Estambul para rodar con sus motos. Entre ellos estará Rossi, que ya asoma en la general a doce puntos de Hayden y con ocho de ventaja sobre Pedrosa. El italiano rodará hoy en el Istanbul Park en busca de respuestas a los problemas de su moto, y el español, para familiarizarse con la suya.