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Reportaje:

El Priorat quiere ser patrimonio mundial

Los productores vinícolas y los empresarios turísticos piden el reconocimiento de la Unesco para proteger el paisaje

Si no se puede de una manera, pues habrá de ser de otra y, si ésta tampoco funciona, habrá que echarle imaginación. Ésta es la máxima que vienen aplicando desde hace años en el Priorat, cuyos productores vinícolas y pequeños empresarios turísticos se han unido a la izquierda política para salvaguardar su paisaje y han pedido que la Unesco reconozca su entorno natural como patrimonio mundial.

"A la Cataluña moderna le hacen falta referentes internacionales", explica el presidente de la Denominació de Origen de Calidad (DOQ) Priorat, Salustià Àlvarez. Las dos DOQ -Priorat y Montsant- se han distinguido por oponerse a una central de ciclo combinado que proyectaba Enron en Móra d'Ebre (Baix Ebre) y, posteriormente, a la masiva implantación de centrales eólicas en la comarca. Ambas han impulsado también la redacción de la llamada Carta del paisaje, una suerte de radiografía del entorno, sus potenciales amenazas y las posibles soluciones para combatirlas que tiene como último objetivo elaborar un documento normativo que luego los ayuntamientos implicados se comprometan a aplicar. "Si la gente del territorio no nos lo creemos, vamos mal", dice el alcalde de Falset y presidente de la D. O. Montsant, Jaume Domènech. Las palabras del alcalde reflejan la brecha que hay en comarca en torno a la cuestión.

Álvarez, por su parte, explica que el Priorat tiene argumentos para llamar a la puerta de la Unesco. Hay fincas en la DOQ Priorat donde jamás ha entrado un tractor, ni es previsible que lo hagan nunca. Se trata de una orografía agreste, con viñedos plantados en los costers, las pendientes muy pronunciadas donde el trabajo manual es el único posible. Y eso encarece el vino. Estos viñedos, junto a las masías tradicionales o las construcciones rurales con piedra seca son las bazas para lograr un reconocimiento que ya han obtenido otras regiones vinícolas de Portugal o Hungría. Tanto Álvarez como Domènech defienden un modelo de desarrollo basado en el vino y el turismo de calidad, algo que, en su opinión, sólo se logra protegiendo el paisaje. Y eso es antagónico con la implantación masiva de centrales eólicas.

La propuesta aún no se ha presentado a los partidos. En ellos se estrelló otra intentona para proteger el paisaje, cuando los mismos actores ofrecieron la comarca al tripartito para que experimentara aquí sus políticas medioambientales más innovadoras. "Ir a la Unesco no es como rellenar un formulario. Requiere de una amplia conciencia y reivindicación social", señala la portavoz de la Plataforma en Defensa del Patrimoni Natural del Priorat, Roser Vernet. La plataforma ha iniciado ya una serie de conferencias en varios pueblos para divulgar el patrimonio natural.

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